Biblioteca Ignoria

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Recortes literarios - Una antología

3 jun 2023

Charles Bukowski - Barfly

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Charles Bukowski - Barfly

Versión: Isaías Garde


Jane, que lleva muerta 34 años,

jamás se hubiera imaginado

que yo iba a escribir un guion acerca

de los días 

en que nos emborrachábamos juntos

y que eso se iba a convertir en una película

y que una hermosa estrella de cine iba

a interpretar su papel.


Puedo escuchar a Jane ahora: "¿Una hermosa estrella de cine? ¡Oh,

por Cristo bendito!"


Jane, eso es el mundo del espectáculo, así que volvé a dormirte, querida, 

porque no importa cuánto lo hayan intentado,

ellos no pudieron encontrar a alguien

exactamente como vos.


barfly


Jane, who has been dead for 31 years,

never could have

imagined that I would write a screenplay of our drinking

days together

and

that it would be made into a movie

and

that a beautiful movie star would play her

part.


I can hear Jane now: “A beautiful movie star? oh,

for Christ’s sake!”


Jane, that’s show biz, so go back to sleep, dear, because

no matter how hard they tried they

just couldn’t find anybody exactly like

you.

Raúl González Tuñón - Los poetas del domingo

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Raúl González Tuñón - Los poetas del domingo

“Haz como aquellos hombres que trabajan seis días/

y en los domingos podan unas plantas queridas” Banchs


No suelo desdeñar los versos sensibleros

con su luna barata y su candor legítimo

y tras cuyo sabor popular se adivina

la historia brava o la novela triste.

Puede allí estar la gracia; la insólita inocencia

típica de esos hombres que trabajan seis días

y pintan en domingo.


Ese clima inefable de las ventanas pobres

con los visillos cursis y los desvelos íntimos

y de los corralones de extramuros sureros.

Algo de lo que estaba detrás de Henri Rousseau,

el peintre du dimanche, con su novia increíble

y la Shilly Simphony de su violín fulero.


Y el silencio que llega con su carga de raso

que la intemperie perfumara.

La canaleta, el patio, la lámpara furtiva,

una foto de Tita Merello, desvaída.

Y atrás la calle con su río

y un sauce, un almacén, un suicidio y un  tango.

2 jun 2023

Jorge Luis Borges - Arrabal

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Jorge Luis Borges - Arrabal

El arrabal es el reflejo

de la fatiga del viandante.

Mis pasos claudicaron

cuando iban a pisar el horizonte

y estuve entre las casas

miedosas y humilladas

juiciosas cual ovejas en manada,

encarceladas en manzanas

diferentes e iguales

como si fueran todas ellas

recuerdos superpuestos, barajados

de una sola manzana.

El pastito precario

desesperadamente esperanzado

salpicaba las piedras de la calle

y mis miradas comprobaron

gesticulante y vano

el cartel del poniente

en su fracaso cotidiano

y sentí Buenos Aires

y literaturicé en la hondura del alma

la viacrucis inmóvil

de la calle sufrida

y el caserío sosegado.


En Fervor de Buenos Aires, 1923

César Aira - Pelopincho y Cachirula

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César Aira - Pelopincho y Cachirula

De chico yo tenía pasión por Pelopincho y Cachirula, una tira cómica cuyo autor firmaba con el seudónimo Fola (un anglo-uruguayo de nombre Geoffrey Foladori). Era lo primero que leía en el Billiken, los dos personajes (casi nunca había otros, era un mundo habitado por ellos dos) me caían inmensamente simpáticos. Pelopincho era un niño cabezón, peinado a la gomina a pesar del nombre, casi siempre vestido con un trajecito formal, con moñito. Cachirula, a la que Pelopincho en confianza llamaba Rulita, o Cachita, era una niña con un enorme moño en el cabello. La relación entre ambos no era explícita, o mejor dicho era distinta en cada tira: podían ser amigos, vecinos, vivir juntos, no conocerse, él podía ser el chofer de ella, ella la vendedora de una tienda y él un cliente... Porque no necesariamente eran niños, en realidad no lo eran casi nunca. Como no había nadie más en el mundo en que vivían, debían desempeñar todos los papeles. Y éstos eran locamente cambiantes. Recuerdo que en una ocasión Cachirula (o más bien Fola) ironizaba sobre estos cambios: aparecía harapienta, con su moño alicaído, y decía; “¡Las vueltas de la vida! Ahora Pelopincho es un magnate, y yo me veo obligada a mendigar para poder comer”. A la semana siguiente ella podía ser una señora burguesa y Pelopincho su jardinero. Eso era lo que más me gustaba. Era una libertad, un espectro de posibles de ser cualquier cosa, por ejemplo ser adultos sin dejar de ser niños, ser bombero, taxista, vendedor de zapatos, artista, comerciante, escolar, y a la vez seguir siendo Pelopincho y Cachirula. Por el lado del autor, se explicaba sin dificultad: tenía un chiste para dos personajes, casi siempre un chiste viejo, alguno de esos clásicos serviciales, y lo ponía en escena con sus dos únicos personajes, reencarnándolos en la situación que conviniera al chiste. Pero ese mecanismo tan somero lo hacía coincidir con los más felices sueños de destino de la infancia.

En Continuación de ideas diversas

31 may 2023

Juan Carlos Onetti - Lloverá siempre...

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Juan Carlos Onetti - Lloverá siempre...

Hay en esta ciudad un cementerio marino más hermoso que el poema. Y hay o había o hubo allí, entre verdores y el agua, una tumba en cuya lápida se grabó el apellido de mi familia. Luego, en algún día repugnante del mes de agosto, lluvia, frío y viento, iré a ocuparlo con no sé qué vecinos. La losa no protege totalmente de la lluvia y, además, como ya fue escrito, lloverá siempre...

En Cuando ya no importe

Alberto Muñoz - De noche, la salamandra del fango

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Alberto Muñoz - De noche, la salamandra del fango

Lucía de noche

su traje de dinosaurio,

el pasado recalaba con escamas y diente de fregona.

María, la salamandra del fango.

Justo sería saludar a su paso

la bella nada paleolítica

y tirarle como antaño el beso soplado en la palma.

No es sencillo ver a la belleza

consagrando su fealdad en la historia de los saurios.

De sombrilla (porque el sol también genera inventos)

la vemos salir de la ópera, ridícula y amando.

¿A quién adorará de los divos?

¿Un castrati puede ser su mago negro?

¿Un tenor de calcetín y fernet?

¿Por qué no una sopranina de la Italia en gira

o la gran madama del regisseur?

Sale de la ópera y pasea por Quintana,

¡Dios nos libre de la música popular!

30 may 2023

Wallace Stevens - El poema va de la jerga del poeta a la jerga del vulgo...

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Wallace Stevens - El poema va de la jerga del poeta a la jerga del vulgo...

Versión: Isaías Garde


El poema va de la jerga del poeta

A la jerga del vulgo y viceversa.

¿Va hacia adelante o hacia atrás


O en ambas direcciones? ¿Es una luminosidad halagadora

O la concentración de un día nublado?

¿Hay un poema que nunca da con las palabras


Y otro que banaliza el tiempo?

¿Es el poema al mismo tiempo particular y general?

He ahí una meditación, en lo que parece ser


Una evasión, algo no aprehendido o

No del todo aprehendido. ¿Nos elude el

Poeta, como en un elemento insensible?


¿Nos elude este ardiente, dependiente orador,

Portavoz de nuestros obstáculos más terminantes,

Exponente de una forma de hablar, orador


De un discurso que solo en parte pertenece a la lengua?

Es la jerga del vulgo la que busca.

Él trata, con peculiar discurso, de expresar


La particular potencia de lo general,

Para combinar el latín de la imaginación con

La lingua franca et jocundissima.


En Notas para una ficción suprema


The poem goes form the poet’s gibberish to

The gibberish of the vulgate and back again.

Does it move to and fro or is it of both

 

At once? Is it a luminous flattering

Or the concentration of a cloudy day?

Is there a poem that never reaches words

 

And one that chaffers the time away?

Is the poem both peculiar and general?

There’s a meditation there, in which there seems

 

To be an evasion, a thing not apprehended or

Not apprehended well. Does the poet

Evade us, as in a senseless element?

 

Evade, this hot, dependent orator,

The spokesman at our bluntest barriers,

Exponent by a form of speech, the speaker

 

Of a speech only a little of the tongue?

It is the gibberish of the vulgate that he seeks.

He tries by a peculiar speech to speak

 

The peculiar potency of the general,

To compound the imagination’s Latin with

The lingua franca et jocundissima.

29 may 2023

Thomas Bernhard - Lectura poética

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Thomas Bernhard - Lectura poética

No hay nada más insoportable para mí que lo que se llama una lectura poética, dijo Reger, es repelente sentarse y leer la propia basura, porque toda esa gente, al fin y al cabo, no lee otra cosa que basura. Cuando todavía son muy jóvenes, al fin y al cabo puede pasar, dijo Reger, pero cuando son mayores y se acercan ya a los cincuenta y más, sólo resulta repugnante. Pero precisamente esos escritores de más edad son los que leen en público, dijo Reger, por todas partes, y se suben a cualquier estrado, y se sientan ante cualquier mesa para declamar su prosa embrutecida y senil, así Reger. Hasta cuando su dentadura postiza no puede contener ya en su boca sus mentirosas palabras, se suben al tablado en cualquier sala municipal y leen sus imbecilidades verborreicas, así Reger.

En Maestros antiguos

Alejandra Pizarnik - Casa de la mente

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Alejandra Pizarnik - Casa de la mente

la casa mental

reconstruida letra por letra

palabra por palabra

en mi doble figura de papel


atraviesa el mar de tinta

para dar un nueva forma

a un nuevo sentimiento


abre la boca

verde de sin raíces

la palabra sin su cuerpo


un nuevo orden musical

de colores de cuerpos de excedentes

de formas pequeñas

que se mueven gritan dicen nunca

la noche dice nunca

la noche me pronuncia

en un poema


14/IV/1970

En Poesía completa

27 may 2023

Enrique Lihn - Ciudades

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Enrique Lihn - Ciudades

Ciudades son imágenes.

Basta con un cuaderno de escolar para hacer

la absurda vida de la poesía

en su primera infancia:

extrañeza elevada al cubo de Durero,

y un dolor que no alcanza a ser él mismo,

melancólicamente.

Dos ratas blancas giran en un círculo

a la velocidad de la neurosis;

después de darme vueltas sesenta días justos

en el gran mundo como en una jaula,

me concentro en un solo pensamiento:

ratas que giran.

Blanca, velluda, diminuta esfera

partida en dos mitades que brincan por juntarse,

pero donde fue el tajo, la perpleja lisura

y el dolor, ahora están esas patitas,

y en medio de ellas sexos divisorios,

sexos compensatorios.

Nos salen cosas donde fuimos seres

aparte enteramente, enteramente aparte.

Cinco minutos de odio, total. cinco minutos.

Ciudades son lo mismo que perderse en la calle

de siempre, en esa parte del mundo, nunca en otra.

¿Qué es lo que no podría dar lo mismo

si se le devolviera al todo, en dos palabras,

el ser mezquinamente igual de lo distinto?

Sol del último día; ¡qué gran punto final

para la poesía y su trabajo!

En el gran mundo como en una jaula

afino un instrumento peligroso.

26 may 2023

Carlos Mastronardi - Tema del hombre y de la noche

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Carlos Mastronardi - Tema del hombre y de la noche

El hombre con su canto distraído,

con la medianoche estrellada,

con la luz del cigarro sobre el labio

y el pensamiento cerca de su lástima,

con la mirada sin resoluciones

y la gracia menor de aquel lucero,

con el cuerpo rendido

desde el alba que en vano ofrece el mundo

hasta el sueño que apaga el mediodía.


El apartado de honras y de luces,

en la amorosa ruina de la sombra,

se aleja por desiertas avenidas,

agraciado de ausencia y de secreto

y contrariando al ángel que lo guía.

Esa perdida luna lo descubre

paseando por las calles que lo cansan,

despreocupado y sin honrar sus horas,

en la ciudad porteña, un aislamiento,

concedido al azar y a la costumbre,

ignorando su parte luminosa,

con paso desganado y sin destino

busca el suave destierro de la noche.

Distante de la muerte y de la rosa,

caminando en la gracia solitaria,

igual en el cariño y su ceniza,

aquí viene y se borra de mis frases,

la sombra dolorida de seguirlo.

Cumpliendo oscuridad, perdido en sus regalos,

el que pasa sin lucha y sin nombrar a nadie.


El hombre a maravillas convidado,

que sigue, alma sin gente, voz sin armas,

fue alguna vez guardián de su ternura

y estúvose a la luz de una persona,

despacioso en jardines y durando

la canción en su boca, el cielo en casa.

Entonces conocía

el ámbito de amor de las mujeres,

el dominado azar y un suave tiempo

reposado en la flor y el compañero.


Un hombre sin arrimo, y evocando

las viejas madrugadas, el apoyo

de un brazo y la buscada claridad

del amigo. Vecino de lo hermoso,

cruzaba alegres años. Así anduvo,

la voz entre los pájaros del alba...


Joyas tristes y honores de la noche.

Alguien tarda en la dulce oscuridad,

sin despedir a nadie y en la holganza,

sin la imaginación de nuevas rosas

y sin adivinarse los deseos.

No pasa más alegre que este verso.

Y otra vez con su canto distraído,

con la medianoche estrellada,

con el cuerpo tan solo como el alma

y el pensamiento cerca de su lástima.

25 may 2023

César Aira - Seres mutantes

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César Aira - Seres mutantes

Una experiencia no escrita queda como una laguna, de la que tarde o temprano saldrán extraños seres mutantes. La literatura es un campo de transformaciones. Lo es ya desde antes de escribir, desde que la realidad se conforma en moldes de conciencia y de lenguaje. El agente de las transformaciones es el tiempo, y su actividad hace de la vida del escritor un lapso, flotante en una innumerable proliferación de lapsos. La intervención del tiempo es inevitable; eso es lo que vuelve operativo el mito de los niños escritores. La excursión de los escolares al zoológico da por resultado, cincuenta años después, "El libro de los seres imaginarios". Entre tanto, han caído imperios, los sueños se han hecho realidad, las realidades sueños, los electrodomésticos han cambiado de formato, los niños se volvieron viejos. Todo lo que pasó se volvió otra cosa, y en el proceso transformó al sujeto al que le sucedió la experiencia original.

En La ola que lee

Amanda Berenguer - El vidrio negro

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Amanda Berenguer - El vidrio negro

el cono de la lámpara me pone a foco

más cerca

más nítida

me veo y me ven


la imagen con fantasma ajustará sus círculos

y no sé si cubrirla ya con un paño de lágrimas



el recuadro de una silla enmarca la lluvia

sobre el vidrio negro

el árbol en lo oscuro

inclina del otro lado sobre mi hombro

su brillo cubierto de hilos

—la ventana es un ojo

un dragón de tinta—

esa torcaza colgada a mis espaldas

proyecta una espiral amarilla

y mostacillas de fósforo le queman las alas

—se repite—

el vidrio negro nos envuelve malignamente:

la ventana es una célula encapuchada

una mirada fotográfica

un revólver


el cono de la lámpara me pone a foco


está sentada vestida de rojo escribiendo

mira de vez en cuando la ventana

la lluvia sobre el vidrio negro

le apuntan:

es un blanco perfecto

24 may 2023

Mark Strand - Siempre se puede llegar allá desde acá

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Mark Strand - Siempre se puede llegar allá desde acá

Versión: Isaías Garde

Un viajero volvió al país del cual había partido muchos años atrás. Cuando bajó del barco, notó lo diferente que era todo. Antes había muchos edificios, pero ahora quedaban unos pocos y cada uno necesitaba reparaciones. En el parque donde jugaba de chico, los polvorientos rayos de sol golpeaban las hojas pardas de los árboles y los canteros marchitos. El pasto estaba plagado de bolsas de basura vacías. El aire era denso. Se sentó en uno de los bancos y le contó a la mujer que tenía a su lado que había estado afuera durante mucho tiempo, después le preguntó en qué estación había vuelto. Ella le contestó que estaban en la única estación que quedaba, aquella en la que todos se habían puesto de acuerdo.


You can always get there from here

A traveler returned to the country from which he had started many years before. When he stepped from the boat, he noticed how different everything was. There were once many buildings, but now there were few and each of them needed repair. In the park where he played as a child, dust-filled shafts of sunlight struck the tawny leaves of trees and withered hedges. Empty trash bags littered the grass. The air was heavy. He sat on one of the benches and explained to the woman next to him that he’d been away a long time, then asked her what season had he come back to. She replied that it was the only one left, the one they all had agreed on. 

Juan L. Ortiz – Deja las letras...

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Juan L. Ortiz – Deja las letras...

Deja las letras y deja la ciudad…

Vamos a buscar, amigo, a la virgen del aire…

Yo sé que nos espera tras de aquellas colinas

en la azucena del azul…

Yo quiero ser, amigo,

uno, el más mínimo, de sus sentimientos de cristal…

o mejor, uno, el más ligero, de sus latidos de perfume…

No estás tú también

un poco sucio de letras y un poco sucio de ciudad?


Sigue, sigue, por entre la bencina, sobre la lisa pesadilla

de las calles extremas, hacia la gracia de las huellas…

Ay, la ternura de Octubre, a las nueve,

ya hace, por aquí, flotar a la pesadilla

en celeste de agua…

Pero derivemos rápido, del lado de los caminos del rocío,

invisible, casi, lo adivino, en el seno mismo de la luz…

Sentémonos, mi amigo, entre estas niñas rubias

que suben y bajan, altas, por unas orillas de jardín,

apoyadas, contra los cercos, sobre un rumor de enredaderas…

El sol ha bebido sus propias perlas

y hay apenas de ellas una memoria por secarse…

No temas, no temas, y mira, mira hasta las islas…

Viste alguna vez la melodía de los brillos?

La viste ondular, todavía de gasa,

desde tus pies al cielo, sobre el río?

Oh, la misma ciudad, a lo lejos, es una música blanca

con unos silencios amatistas…

Y ahora, ahora, torna la vista alrededor…

Saluda como un aura a estas humildes gracias de miel,

capaces, sin embargo, de atraer hacia sí

a las abejas todas del día

y de volver de margaritas a la melancolía más flotante…

No las sientes curvarse bajo un amor transparente

en un hálito de alas?

O es sólo la cortesía más misteriosa

entre esa que inclina, alternadamente, a los otros finos tallos,

ante algo que al parecer es la respiración de un dios?

Saluda, también, a sus vecinas menos subidas y más pálidas:

qué delicadísimo sueño de amapolillas más pálidas,

sobre un rastreo de tases, serpentino?

Y a las apenas malvas, medio escondidas entre las espiguitas:

pétalos de alba, a su pesar, con sus secretos amarillos…

Y a las apenas níveas, por bordadas, del país de Liliput,

pero que visten, igual que a una novia, a toda la gramilla…

Y ah, a las más sin nombre que se van

con los alambres libres

en una fuga preciosa de piedritas…

Y al trébol de allí, loco de verde, y miniado de sol,

increiblemente miniado de sol en primores casi íntimos

pero que extenúan a la brisa…

Y a las verbenillas, por cierto, de aquí:

oh, la más dulce sangre labrada por los misterios

para los misterios de las hierbas.. .

Y a estos emblemas de llama, perdidos de los trigos

mas que blasonan, del mismo modo, todo el aire…

Y a esos recuerdos de la luna,

aparecidos de seda, ay, en una vigilia de espejo

que se busca, a su vez, en su infinito todavía…

Pero no olvidemos, mi amigo,

a las esbeltas criaturas que arden el azul, allá,

delante no se sabe qué sacramento etéreo:

no olvidemos, mi amigo, a las criaturas de los cardos…

Ni olvidemos a aquéllas que ya parecen abisales

con su “pasión” de cielo sobre el susurro trepador:

rêveries de qué abismo hacia otro abismo las de mburucuyá?

Y no habremos comprendido, es cierto, a todas. ..

Cómo abrazar, mi amigo, a estas miríadas del beso

que van estrellando, se diría, todos los minutos

con todos los pétalos y todos los fuegos del suspiro?


Y si nos corriéramos hasta el arroyito del otro lado de la loma?

Allí, lo veo, las redes hondas sin bautizo

con su penumbra colgada y su casi vía láctea de jazmines

sobre una huida de vidrios, poco menos que nocturna,

con las navecillas de cita. ..

Y los laberintos de los taludes, aún con su sin fin

de pequeñísimas miradas en los iris más inéditos,

dando no sé qué números de no sé qué otra noche

o qué mareo de gemas entre unos miedos de crepúsculo…


Mas no oyes al silencio, ahora, mi amigo?

Qué ave de diamante, di, sobre la línea del sueño,

se deshace dulcemente?

O qué llamado para el sacrificio, di

de campanillas de humo?

Oh, todo dorado de misivas sobre las alas del azar

es el mismo amor que no teme perderse

como la propia gracia ya, libre, sobre su propio cielo de

corolas…

Y no oyes en este momento, di, al silencio o al amor más allá

de las lianas que tejiera para vencer su abismo,

asumiendo justamente la muerte con los modos de un espíritu?

Sí, en los amantes invisibles está asimismo la otra flor

o el otro lado de esa flor,

llama, serena llama, que viviría de su sombra…

Dónde, entonces, aquí, nuestras debilidades hechas dioses?

Aquí, lo que llamamos “horror”, o lo que llamamos

“amenaza”,

sonriendo desde la semilla, se diría,

o equilibrando a las mariposas, si quieres,

con un frío que nos duele, es cierto, en lo uno de la sangre…

Pero aquí también enfrentando a lo innombrable,

algo como los honores de un ángel…


Mas es en nosotros, mi amigo, que la agonía es dividida,

terriblemente dividida, y expedida a la ventura…

Y aquella música blanca con unos silencios de jacarandaes?

Allí y aquí, a la vez, la condena “de la rueda”,

desde las madres del río y desde las madres de las zanjas…


Y aquí, ay, asimismo, lo que vinimos a buscar..

Si el lirio da a los precipicios, qué le vamos a hacer?

Hay que perder a veces “la ciudad” y hay que perder a veces

“las letras”

para reencontrarlas sobre el vértigo, más puras

en las relaciones de los orígenes…

O más ligeras, si prefieres, como en ese domingo

y en esa fantasía que serán…

Hay que perder los vestidos y hay que perder la misma identidad

para que el poema, deseablemente anónimo,

siga a la florecilla que no firma, no, su perfección

en la armonía que la excede…

O para ser el arpa de Lungmen

eligiendo ella sola los temas de su música,

lejos de los tañedores que se cantan a sí mismos

o que no oyen con los suyos a los recuerdos de las ramas

ni lo que dice el viento…

ni menos ven lo que el viento, por ahí, pone de pie. ..

Y aquí, además, las rimas entre los escalofríos de las briznas,

con los hilos temblando, siempre más allá de nuestra luz..

Y el rostro de Ella no escrito,

oh, recién nacido, con unos signos por hallar

y que serán, oh amigo, los que han de llevarte hasta su esencia

como las mismas, las mismas letras de tu alma…

Pero la viste a Ella,

amaneciendo aquí, Ella, de la espuma de las matas,

Venus de las colinas. Ella, sobre un flujo de jardín,

virgen profunda ésta toda aún de cabellos?

23 may 2023

Seminario vía Zoom - Panorama de la poesía desde el siglo XX

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Seminario vía Zoom - Panorama de la poesía desde el siglo XX

 
Panorama de la poesía desde el siglo XX

https://bit.ly/44gb2GA


Coordina: Isaías Garde

12 reuniones vía Zoom

Inicia el 8 de junio a las 16hs de Argentina


isaiasgarde@gmail.com

WhatsApp/Telegram: 1145793836