Biblioteca Ignoria

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Recortes literarios - Una antología

8 jun 2023

Tristan Corbière - Rondel

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Tristan Corbière - Rondel

Niño, ya ha oscurecido, oh ladrón de centellas.

Se acabaron las noches, se acabaron los días:

duerme mientras esperas esos días y noches

que decían jamás o que decían siempre.

¿Oyes cómo se acercan? Vienen sin hacer ruido:

tienen pies muy ligeros… El Amor es alado…

Niño, ya ha oscurecido, oh ladrón de centellas.

¿No les oyes hablar? No, las tumbas son sordas.

Duerme, pesa muy poco la flor de siempreviva.

No vendrán tus amigos, los de tontas disculpas,

apedreando severos a tus chicas alegres…

Niño, ya ha oscurecido, oh ladrón de centellas. 

Francis Bacon entrevistado por Marguerite Duras

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Marguerite Duras - Entrevista con Francis Bacon


No dibujo. Empiezo haciendo todo tipo de manchas. Espero lo que llamo «el accidente»: la mancha desde la cual saldrá el cuadro. La mancha es el accidente. Pero si uno se para en el accidente, si uno cree que comprende el accidente, hará una vez más ilustración, pues la mancha se parece siempre a algo.

  No se puede comprender el accidente. Si se pudiera comprender, se comprendería también el modo en que se va a actuar. Ahora bien, este modo en el que se va actuar, es lo imprevisto, no se lo puede comprender jamás: It’s basically the technical imagination: «la imaginación técnica». Durante mucho tiempo, he buscado un nombre para esta forma imprevisible, con la que se va a actuar. Sólo he encontrado estas palabras: imaginación técnica.

  Entiende usted, el tema es siempre el mismo. Es el cambio de la imaginación técnica lo que puede «dar la vuelta» al tema, el sistema nervioso personal.

  Imagine escenas extraordinarias, esto carece de todo interés, desde el punto de vista de la pintura, esto no es imaginación. La verdadera imaginación está construida por la imaginación técnica. El resto es la imaginación imaginaria, y esto no lleva a ninguna parte.

  No puedo leer a Sade por este motivo. No me asquea del todo, pero me aburre. También hay escritores mundialmente conocidos que tampoco puedo leer. Escriben cosas que son historias sensacionales, sólo esto. But they have not the technical sensation.

  Es siempre por medio de los técnicos, como se encuentran las verdaderas aperturas. La imaginación técnica es el instinto que trabaja fuera de las leyes, para volver al tema sobre el sistema nervioso con la fuerza de la naturaleza.

  Hay jóvenes pintores que excavan la tierra, toman la tierra y luego exponen esta tierra en una galería de pintura. Es tonto, y prueba la falta de imaginación técnica. Es interesante que tengan ganas de cambiar de tema, hasta el punto de llegar a esto: arrancar un pedazo de tierra, y ponerla sobre un pedestal. Pero, lo importante sería que la «fuerza», con la cual arrancan la tierra, «regresara». Que el pedazo de tierra sea arrancado, sí, pero que sea arrancado a su sistema personal y hecho con su imaginación técnica.

  —La noción de progreso en la pintura, ¿es una falsa noción?

—Es una falsa noción. Tome la pintura paleolítica del norte de España —no me acuerdo del nombre de la gruta—. Ahí se encuentran, en las figuras, movimientos que nunca han sido mejor captados. El futurismo está «completamente» allí. Es la escenografía perfecta del movimiento.

  —La noción de progreso personal, ¿es falsa también?

  —Menos falsa. Se trabaja sobre uno mismo para obligarse a desarrollar las cosas de forma cada vez más aguda.

  —¿Qué es el peligro?

  —La sistematización. Y la creencia en la importancia del tema. El tema no tiene ninguna importancia.

  »El talento puede regresar, marcharse. Las excepciones de la historia son Miguel Ángel, Ticiano, Velázquez, Goya, Rembrandt: nunca regresión.

  —Se progresa ¿cómo?

  —Work. Work makes work. ¿Está usted de acuerdo?

  —No. Es necesario un punto de partida. Sin esto, es inútil trabajar. Cuando leo ciertos libros, encuentro que escribir de un determinado modo es aún escribir menos, que no escribir en absoluto. Que leer de determinada manera es aún leer menos que no leer en absoluto, etc.

  —En pintura es parecido. Pero no se sabe nunca con la imaginación técnica, ésta puede dormir y un buen día despertarse. Lo principal es que esté allí.

  —Volvamos a las manchas de color.

  —Sí. Espero siempre que llegue una mancha sobre la cual construiré «la apariencia».

  —¿Siempre son las manchas las primeras en salir?

  —Casi siempre. Son «los acontecimientos que me suceden», pero que suceden merced a mí, por mi sistema nervioso que ha sido creado en el momento de mi concepción.

  —La «felicidad de pintar» es ¿acaso una noción tan tonta como la de «la felicidad de escribir»?

  —Igual de tonta.

  —¿Se siente usted en peligro de muerte cuando pinta?

  —Me pongo muy nervioso. Sabe usted, Ingres lloraba durante horas antes de empezar un cuadro. Sobre todo un retrato.

  —Goya es sobrenatural.

  —Quizá no. Pero es fabuloso. Conjugó las formas con el aire. Parece que sus pinturas estén hechas de la materia del aire. Es extraordinario, fabuloso. El mayor Goya, para mí, está en Castres, La Junta de Filipinas.

  —¿A qué ha llegado la pintura en el mundo?

  —A un momento muy malo. Debido a que el tema era tan difícil, fuimos hacia lo abstracto. Y, lógicamente, éste parecía ser el medio hacia el que tenía que ir la pintura. Pero, como en el arte abstracto se puede hacer cualquier cosa, se llega simplemente a la decoración. Entonces, parece que el tema vuelve a ser necesario, pues sólo el tema hace trabajar a todos los instintos y buscar y encontrar los medios de expresarlo, a él, el tema. Ve usted, volvemos a la técnica.

  —¿No había pintado nunca antes de los treinta años?

  —No. Antes yo era un drifter, ¿cómo lo traduce usted?

  —El que va a la deriva.

  —Siempre miré la pintura. Y en un momento dado me dije: quizá yo mismo. Tardé quince años en llegar a algo. Empecé a hacer algo a los cuarenta y cinco años. La suerte que tuve fue no aprender nunca la pintura con profesores.

  —¿La crítica respecto a su trabajo?

  —Siempre estuvo contra mí. «Siempre», y «todos». Desde hace algún tiempo los hay que dicen que soy un genio, y otras cosas así. Pero, esto no cuenta. Me habré muerto antes de saber quién soy, porque para saberlo, el tiempo tiene que pasar. Sólo con el tiempo se empieza a ver el valor.

  —Con frecuencia, hemos hablado juntos del «accidente».

  —No puedo definirlo. Sólo se puede hablar «en torno». En sus cartas, Van Gogh tampoco ha hecho otra cosa que hablar «en torno» a la pintura. Sus «toques», al final de su vida, la fuerza de sus toques no requieren ninguna explicación.

  Inténtelo, desde el exterior.

  —Pues si tomáramos materia y la lanzáramos contra un muro o sobre una tela, se hallarían enseguida rasgos del personaje que quisiéramos retener. Esto se habría hecho sin voluntad. Se llegaría a un estado inmediato del personaje, y fuera de la ilustración del sujeto. Cuando los pintores que pintan un piso hacen manchas en la pared, antes de empezar su trabajo, se trata del mismo modo de conseguir un estado inmediato de la materia. Los expresionistas abstractos americanos han intentado pintar de esta manera, pero con la fuerza de la materia.

  »No es suficiente. Sigue siendo decoración.

  »La fuerza no debe ser, no está en la fuerza de lanzar la materia. La fuerza debe estar completamente congelada en el tema. La materia lanzada sobre el muro, sería quizás el accidente, sabe. Lo que sucede después es la imaginación técnica.

  —¿Duchamp?

  —Se ha cargado la pintura americana para cien años. Todo viene de él, y todos. Lo que es curioso, muy curioso, es que él hacía la pintura más estética del siglo XX. Pero su trazo era muy firme, y su inteligencia muy firme.

  —¿Podemos llamar al accidente, la suerte o el azar?

  —Sí, estas palabras son todas las mismas.

  —¿Cuál es el momento privilegiado, cómo se define?

  —Es cuando los «músculos» trabajan bien. Entonces, las manchas parecen tener más sentido, más fuerza.

—Todo es concreto.

  —Todo. Yo no entiendo mis cuadros mejor que los demás. Los veo como válvulas de mi imaginación técnica en distintos niveles. No hay nadie a quién se pueda enseñar un cuadro, y que sea capaz de ver lo que hay de nuevo en este cuadro.

  —Dice usted no comprender, y sus cuadros estallan de inteligencia.

  —¿Es posible esto?

  —Lo creo. Conocí una niña que preguntaba: ¿qué es el calor, cuando no hay nadie que tenga calor? Yo le pregunto: ¿qué es la inteligencia cuando el pensamiento está ausente de ella? ¿Qué es la inteligencia cuando nadie experimenta o nadie utiliza esta inteligencia con fines críticos, juicios, etc? ¿No estamos muy cerca de lo que usted llama el instinto?

  —Estoy de acuerdo. Quisiera hacer retratos, y todas mis otras pinturas, con el mismo choque que el que usted recibe en la vida ante la «naturaleza».

  —¿Y, por esto, cree en este trabajo dentro de la imbecilidad?

  —Absolutamente, completamente. A veces el sentido crítico aparece, el cuadro se hace visible durante un instante, luego se va.

  —¿Cuándo trabaja usted?

  —Por la mañana, con la luz. Por la tarde, voy a los bares o a las salas de juego. A veces, veo a amigos. Para trabajar tengo que estar completamente solo. Nadie en la casa. Mi instinto no puede trabajar si los demás están ahí —y cuando uno los ama es peor— sólo puede trabajar con la libertad.

  La Quinzaine littéraire, ©1971

En Outside

7 jun 2023

Jacobo Fijman - Canción al lavador del sueño y de la tarde

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Jacobo Fijman - Canción al lavador del sueño y de la tarde

Dad el sueño a la tarde

y no habremos tarde.

Dad a la flor el sueño

y no habremos flor.

Las soledades van del no ser a la tarde,

de la tarde al no ser,

del no ser de la flor

al ser de flor.


Tú lavador de tardes

devuélvenos la tarde.

Tú que lavas el sueño,

el no ser de las cosas,

devuélvenos la tarde,

la eternidad de ser,

la eternidad de nada.

6 jun 2023

Werner Herzog - Como nada

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Werner Herzog - Como nada

La lluvia paró, pero el río sigue creciendo. Ahora sí que desciende una tristeza sobre la tierra entumecida de silencio. Lo que hoy fue asesinato, mañana se lo llama sacrificio. El campamento se hunde en fuertes presiones. De vez en cuando llega un bote sin motivo, no trae nada y desaparece nuevamente. Alguien hurgó en un montículo de ramas en descomposición, sin nada que buscar. El día tiene el ánimo de las noches cargadas de miedos. Deseé muy intensamente y del todo en vano que un «indio» afilara su «machete» sobre una piedra plana y que con eso pasaran volando como nada cien años.

En La conquista de lo inútil

5 jun 2023

Arnaldo Calveyra - No te olvides

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Arnaldo Calveyra - No te olvides

No te olvides de estar en varias partes a la vez, 

en forma casual a veces, ubicua tantas otras, 

como los dioses que de joven saludaste en Grecia. 

No te olvides del calor de las manos. 

No te olvides que al comienzo y al final de la frase 

la misma sensación de impotencia nos rondaba. 

De esa nada, del polvillo de las velas prendidas, 

no te olvides. 

Se encuentran entre dos corrientes de aire, 

no te olvides. 

Del libro que se apretuja entre tus manos. 

De la palabra destartalada. 

Del labio que se ausenta del rezo. 

Del calor de las velas. 

De los pabilos prendidos como ríos meditabundos 

por calles de Copacabana, Bolivia. 

Del ojo izquierdo de santa Eulalia, 

cierva acosada por la jauría, 

de Renunciada, de Gertrudis, de Angélica Delicia María. 

De los ojos de los padres de las santas. 

De los oídos que entonces fuimos, 

del viaje emprendido a la luz de las velas. 

Del dialecto gregoriano. 

Mientras la teoría de luces se concentra hasta apagarse. 

Del dialecto de miradas. 

De la reunión de santas bajo tierra. 

Del muerto bajo tierra. 

Del encuentro de la palabra con su silencio. 

4 jun 2023

Juan L. Ortiz – No era necesario

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Juan L. Ortiz – No era necesario

No era necesario mirar el cielo ni las ramas.

Aquí te vi, en la tierra pura, en la tierra desnuda.

Aquí te vi, espíritu primaveral, danzar o arder serenamente como la alegría sin nombre,

transparencia imposible de una dicha flotante sobre el polvo.

Aquí te vi, niña fantasmal de velos diáfanos, en el mediodía inexistente.

No era necesario mirar el cielo ni las ramas 

3 jun 2023

Charles Bukowski - Barfly

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Charles Bukowski - Barfly

Versión: Isaías Garde


Jane, que lleva muerta 34 años,

jamás se hubiera imaginado

que yo iba a escribir un guion acerca

de los días 

en que nos emborrachábamos juntos

y que eso se iba a convertir en una película

y que una hermosa estrella de cine iba

a interpretar su papel.


Puedo escuchar a Jane ahora: "¿Una hermosa estrella de cine? ¡Oh,

por Cristo bendito!"


Jane, eso es el mundo del espectáculo, así que volvé a dormirte, querida, 

porque no importa cuánto lo hayan intentado,

ellos no pudieron encontrar a alguien

exactamente como vos.


barfly


Jane, who has been dead for 31 years,

never could have

imagined that I would write a screenplay of our drinking

days together

and

that it would be made into a movie

and

that a beautiful movie star would play her

part.


I can hear Jane now: “A beautiful movie star? oh,

for Christ’s sake!”


Jane, that’s show biz, so go back to sleep, dear, because

no matter how hard they tried they

just couldn’t find anybody exactly like

you.

Raúl González Tuñón - Los poetas del domingo

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Raúl González Tuñón - Los poetas del domingo

“Haz como aquellos hombres que trabajan seis días/

y en los domingos podan unas plantas queridas” Banchs


No suelo desdeñar los versos sensibleros

con su luna barata y su candor legítimo

y tras cuyo sabor popular se adivina

la historia brava o la novela triste.

Puede allí estar la gracia; la insólita inocencia

típica de esos hombres que trabajan seis días

y pintan en domingo.


Ese clima inefable de las ventanas pobres

con los visillos cursis y los desvelos íntimos

y de los corralones de extramuros sureros.

Algo de lo que estaba detrás de Henri Rousseau,

el peintre du dimanche, con su novia increíble

y la Shilly Simphony de su violín fulero.


Y el silencio que llega con su carga de raso

que la intemperie perfumara.

La canaleta, el patio, la lámpara furtiva,

una foto de Tita Merello, desvaída.

Y atrás la calle con su río

y un sauce, un almacén, un suicidio y un  tango.

2 jun 2023

Jorge Luis Borges - Arrabal

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Jorge Luis Borges - Arrabal

El arrabal es el reflejo

de la fatiga del viandante.

Mis pasos claudicaron

cuando iban a pisar el horizonte

y estuve entre las casas

miedosas y humilladas

juiciosas cual ovejas en manada,

encarceladas en manzanas

diferentes e iguales

como si fueran todas ellas

recuerdos superpuestos, barajados

de una sola manzana.

El pastito precario

desesperadamente esperanzado

salpicaba las piedras de la calle

y mis miradas comprobaron

gesticulante y vano

el cartel del poniente

en su fracaso cotidiano

y sentí Buenos Aires

y literaturicé en la hondura del alma

la viacrucis inmóvil

de la calle sufrida

y el caserío sosegado.


En Fervor de Buenos Aires, 1923

César Aira - Pelopincho y Cachirula

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César Aira - Pelopincho y Cachirula

De chico yo tenía pasión por Pelopincho y Cachirula, una tira cómica cuyo autor firmaba con el seudónimo Fola (un anglo-uruguayo de nombre Geoffrey Foladori). Era lo primero que leía en el Billiken, los dos personajes (casi nunca había otros, era un mundo habitado por ellos dos) me caían inmensamente simpáticos. Pelopincho era un niño cabezón, peinado a la gomina a pesar del nombre, casi siempre vestido con un trajecito formal, con moñito. Cachirula, a la que Pelopincho en confianza llamaba Rulita, o Cachita, era una niña con un enorme moño en el cabello. La relación entre ambos no era explícita, o mejor dicho era distinta en cada tira: podían ser amigos, vecinos, vivir juntos, no conocerse, él podía ser el chofer de ella, ella la vendedora de una tienda y él un cliente... Porque no necesariamente eran niños, en realidad no lo eran casi nunca. Como no había nadie más en el mundo en que vivían, debían desempeñar todos los papeles. Y éstos eran locamente cambiantes. Recuerdo que en una ocasión Cachirula (o más bien Fola) ironizaba sobre estos cambios: aparecía harapienta, con su moño alicaído, y decía; “¡Las vueltas de la vida! Ahora Pelopincho es un magnate, y yo me veo obligada a mendigar para poder comer”. A la semana siguiente ella podía ser una señora burguesa y Pelopincho su jardinero. Eso era lo que más me gustaba. Era una libertad, un espectro de posibles de ser cualquier cosa, por ejemplo ser adultos sin dejar de ser niños, ser bombero, taxista, vendedor de zapatos, artista, comerciante, escolar, y a la vez seguir siendo Pelopincho y Cachirula. Por el lado del autor, se explicaba sin dificultad: tenía un chiste para dos personajes, casi siempre un chiste viejo, alguno de esos clásicos serviciales, y lo ponía en escena con sus dos únicos personajes, reencarnándolos en la situación que conviniera al chiste. Pero ese mecanismo tan somero lo hacía coincidir con los más felices sueños de destino de la infancia.

En Continuación de ideas diversas

31 may 2023

Juan Carlos Onetti - Lloverá siempre...

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Juan Carlos Onetti - Lloverá siempre...

Hay en esta ciudad un cementerio marino más hermoso que el poema. Y hay o había o hubo allí, entre verdores y el agua, una tumba en cuya lápida se grabó el apellido de mi familia. Luego, en algún día repugnante del mes de agosto, lluvia, frío y viento, iré a ocuparlo con no sé qué vecinos. La losa no protege totalmente de la lluvia y, además, como ya fue escrito, lloverá siempre...

En Cuando ya no importe

Alberto Muñoz - De noche, la salamandra del fango

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Alberto Muñoz - De noche, la salamandra del fango

Lucía de noche

su traje de dinosaurio,

el pasado recalaba con escamas y diente de fregona.

María, la salamandra del fango.

Justo sería saludar a su paso

la bella nada paleolítica

y tirarle como antaño el beso soplado en la palma.

No es sencillo ver a la belleza

consagrando su fealdad en la historia de los saurios.

De sombrilla (porque el sol también genera inventos)

la vemos salir de la ópera, ridícula y amando.

¿A quién adorará de los divos?

¿Un castrati puede ser su mago negro?

¿Un tenor de calcetín y fernet?

¿Por qué no una sopranina de la Italia en gira

o la gran madama del regisseur?

Sale de la ópera y pasea por Quintana,

¡Dios nos libre de la música popular!

30 may 2023

Wallace Stevens - El poema va de la jerga del poeta a la jerga del vulgo...

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Wallace Stevens - El poema va de la jerga del poeta a la jerga del vulgo...

Versión: Isaías Garde


El poema va de la jerga del poeta

A la jerga del vulgo y viceversa.

¿Va hacia adelante o hacia atrás


O en ambas direcciones? ¿Es una luminosidad halagadora

O la concentración de un día nublado?

¿Hay un poema que nunca da con las palabras


Y otro que banaliza el tiempo?

¿Es el poema al mismo tiempo particular y general?

He ahí una meditación, en lo que parece ser


Una evasión, algo no aprehendido o

No del todo aprehendido. ¿Nos elude el

Poeta, como en un elemento insensible?


¿Nos elude este ardiente, dependiente orador,

Portavoz de nuestros obstáculos más terminantes,

Exponente de una forma de hablar, orador


De un discurso que solo en parte pertenece a la lengua?

Es la jerga del vulgo la que busca.

Él trata, con peculiar discurso, de expresar


La particular potencia de lo general,

Para combinar el latín de la imaginación con

La lingua franca et jocundissima.


En Notas para una ficción suprema


The poem goes form the poet’s gibberish to

The gibberish of the vulgate and back again.

Does it move to and fro or is it of both

 

At once? Is it a luminous flattering

Or the concentration of a cloudy day?

Is there a poem that never reaches words

 

And one that chaffers the time away?

Is the poem both peculiar and general?

There’s a meditation there, in which there seems

 

To be an evasion, a thing not apprehended or

Not apprehended well. Does the poet

Evade us, as in a senseless element?

 

Evade, this hot, dependent orator,

The spokesman at our bluntest barriers,

Exponent by a form of speech, the speaker

 

Of a speech only a little of the tongue?

It is the gibberish of the vulgate that he seeks.

He tries by a peculiar speech to speak

 

The peculiar potency of the general,

To compound the imagination’s Latin with

The lingua franca et jocundissima.

29 may 2023

Thomas Bernhard - Lectura poética

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Thomas Bernhard - Lectura poética

No hay nada más insoportable para mí que lo que se llama una lectura poética, dijo Reger, es repelente sentarse y leer la propia basura, porque toda esa gente, al fin y al cabo, no lee otra cosa que basura. Cuando todavía son muy jóvenes, al fin y al cabo puede pasar, dijo Reger, pero cuando son mayores y se acercan ya a los cincuenta y más, sólo resulta repugnante. Pero precisamente esos escritores de más edad son los que leen en público, dijo Reger, por todas partes, y se suben a cualquier estrado, y se sientan ante cualquier mesa para declamar su prosa embrutecida y senil, así Reger. Hasta cuando su dentadura postiza no puede contener ya en su boca sus mentirosas palabras, se suben al tablado en cualquier sala municipal y leen sus imbecilidades verborreicas, así Reger.

En Maestros antiguos

Alejandra Pizarnik - Casa de la mente

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Alejandra Pizarnik - Casa de la mente

la casa mental

reconstruida letra por letra

palabra por palabra

en mi doble figura de papel


atraviesa el mar de tinta

para dar un nueva forma

a un nuevo sentimiento


abre la boca

verde de sin raíces

la palabra sin su cuerpo


un nuevo orden musical

de colores de cuerpos de excedentes

de formas pequeñas

que se mueven gritan dicen nunca

la noche dice nunca

la noche me pronuncia

en un poema


14/IV/1970

En Poesía completa

27 may 2023

Enrique Lihn - Ciudades

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Enrique Lihn - Ciudades

Ciudades son imágenes.

Basta con un cuaderno de escolar para hacer

la absurda vida de la poesía

en su primera infancia:

extrañeza elevada al cubo de Durero,

y un dolor que no alcanza a ser él mismo,

melancólicamente.

Dos ratas blancas giran en un círculo

a la velocidad de la neurosis;

después de darme vueltas sesenta días justos

en el gran mundo como en una jaula,

me concentro en un solo pensamiento:

ratas que giran.

Blanca, velluda, diminuta esfera

partida en dos mitades que brincan por juntarse,

pero donde fue el tajo, la perpleja lisura

y el dolor, ahora están esas patitas,

y en medio de ellas sexos divisorios,

sexos compensatorios.

Nos salen cosas donde fuimos seres

aparte enteramente, enteramente aparte.

Cinco minutos de odio, total. cinco minutos.

Ciudades son lo mismo que perderse en la calle

de siempre, en esa parte del mundo, nunca en otra.

¿Qué es lo que no podría dar lo mismo

si se le devolviera al todo, en dos palabras,

el ser mezquinamente igual de lo distinto?

Sol del último día; ¡qué gran punto final

para la poesía y su trabajo!

En el gran mundo como en una jaula

afino un instrumento peligroso.