Biblioteca Ignoria

Biblioteca Ignoria

Recortes literarios - Una antología

25 jul 2024

Un koan de Macedonio Fernández

No hay comentarios. :
Un koan de Macedonio Fernández

Cuando un sombrero tapa un reloj, cuando clavamos en una papa la pluma de escribir, cuando la sombra de una persona se proyecta sobre un fuego, cuando un chorro de agua mantiene en alto y danzante una cáscara de huevo, cuando damos una cuchillada en un chorro de agua, cuando una gran risa nos hace lagrimear, o llueve con sol, o sobre un ambiente en sombra se proyecta una sombra más espesa. .. ¿qué le acontece a la Poesía?

En Cuadernos de todo y nada

24 jul 2024

Juan José Saer - Acerca de la obra de Borges

No hay comentarios. :
Juan José Saer - Acerca de la obra de Borges

Durante por lo menos treinta años, oscilando entre el insomnio y la pesadilla, Borges trabajó de un modo ejemplar para obtener un puñado de páginas en las que, por debajo de la gracia lacónica, se percibe siempre el sabor de la noche de donde proceden. Durante por lo menos 30 años, su obra fue el rehén de la arrogancia de nuestros pseudopatricios, empecinados en rebajarla a la bosta sobre la que fundan su preeminencia, y el blanco, afortunadamente, felizmente indemne, del triste determinismo de nuestros pseudorrevolucionarios. Después, a partir de los años setenta, él mismo se puso a trabajar contra ella, prolongándola con autroinstrucciones retóricas, desfigurándola incluso con correcciones que pretendían adecentarla, acompañándola de comentarios caprichosos sobre la historia literaria y sobre las calamidades de la época. Desde entonces, no es más que pasto de semanarios obsecuentes y, como las joyas secretas de Baudelaire, su obra destella en la actualidad enterrada bajo una avalancha de tesis americanas que se desviven por revelarnos lo obvio. No nos queda más que desear que, lo antes posible, un poco de olvido nos lo restituya.

En Borradores inéditos 2

23 jul 2024

Leónidas Lamborghini - La niña y las máscaras

No hay comentarios. :
Leónidas Lamborghini - La niña y las máscaras

1.

Papeles.

Colores.


2.

Tijeras.


3.

La niña

trabaja

con ahínco.


4.

Hace

máscaras

de rostros

jóvenes.


5.

Graciosas

bocas:

rojas,

frescas.


6.

Tersa piel,

rizados y negros

cabellos,

ojos límpidos


7.

La niña

trabaja

con ahínco.


8.

Con premura.


9.

Y concluye.


10.

Ahora,

va colocándolas

-una después

de la otra- sobre el rostro

de su padre

viejo.


En Encontrados en la basura

22 jul 2024

Jorge Teillier - Ella estuvo entre nosotros

No hay comentarios. :

Jorge Teillier - Ella estuvo entre nosotros


Ella estuvo entre nosotros
lo que el sol atrapado por un niño en un espejo
Pero sus manos alejan los malos sueños
como las manos de la lluvia
las pesadillas de las aldeas.

Sus manos que podían dar de comer
a la noche convertida en paloma.

Era bella como encontrar
nidos de perdices en los trigales.
Bella como el delantal gastado de una madre
y las palabras que siempre hemos querido escuchar.

Cierto: estuvo entre nosotros
lo que el sol en el espejo
con que un niño juega en el tejado.
Pero nunca dejaremos de buscar sus huellas
en los patios cubiertos por la primera helada.

Sus huellas perdidas
tras una puerta herrumbrosa
cubierta de azaleas.

21 jul 2024

Isaías Garde - Lectura y comentario de "Bienvenido, Bob" de Juan Carlos Onetti

No hay comentarios. :

 


Coordina Isaías Garde

Para participar de los encuentros de lectura:

isaiasgarde@gmail.com

https://isaiasgarde.blogspot.com/

https://www.facebook.com/groups/textosentransicion


También pueden seguir la actividad en los siguientes canales:

Canal Whatsapp: https://whatsapp.com/channel/0029VaBZRE39sBIABWavgA1f

Canal Telegram: https://t.me/+RJr1kBJeSDt_YLHZ


Amelia Biagioni - La ventana

No hay comentarios. :
Amelia Biagioni - La ventana

Una ventana y nada más quisiera,

un fervoroso prólogo del vuelo,

que me instara a subir, con el modelo

de lo que se remonta en primavera.


Me bastaría sólo esa ligera

interrupción de muro y desconsuelo

para desvanecerme por el cielo

clara, sonora, libre, verdadera.


De tanto que la sueño, una mañana

encontraré en mi cuarto a la ventana

llamándome con luminoso grito.


Desde que se abra, viviré de suerte

que me sorprenda el plomo de la muerte

volando en mi retazo de infinito.


De Sonata de la soledad (1957)

20 jul 2024

Alfredo Veiravé - Y por último

No hay comentarios. :

Alfredo Veiravé - Y por último


Y por último la función de la palabra o del lenguaje     
de los monos que apenas suple                                     
la transmisión del pensamiento.
O sea la escritura el tiempo que lleva para componer 
un discurso un poema un tratado loable en las más raras                                       
circunstancias a saber:
en una tumba como discurso de despedida del amigo
ausente
en el poema que todos leen muy ligero porque llaman al
almuerzo del domingo 
en la protesta que se dibuja sobre los muros de la ciudad
para convencer     
a los que quieren creer en la caída de los ángeles                                               
anacrónicos en las revistas para la mujer con sus horóscopos colocados   
en lugares visibles                               
y por último                               
en un eco que rebota en las paredes de
la selva                                       
y es comido por los pumas                               
de la memoria.

19 jul 2024

Giorgio Manganelli - Glosa a la ameba

No hay comentarios. :
Giorgio Manganelli - Glosa a la ameba

Una súbita ternura me indujo a decirle: abuelita sin gafas. Me resulta difícil no amar a esta discretísima entre mis antepasados, esta manganelli de los grandes océanos del jurásico, ignara de ovillos, de gafas, de ceremonias católicas, ni fiel ni adúltera, paciente ante su propio destino en verdad notablemente oscuro e ingrato, puesto que a ella, llegada antes que las grandes religiones reveladas, debía resultarle bastante nebuloso el sentido del enorme reventadero; pero laboriosa siempre, parca, contenta con lo poco, nacida, grávida, muerta, azorada en sus primeros monólogos interiores de verbos desportillados, pronombres de obnubilada extensión, enorme deservicio de calendarios. Ella apenas tenía más que una notablemente perpleja idea de sus nietos, y no tramó el alcanzar por ella indirecta redención; no hizo alarde ante la gelatinosa abuela viciniore de semejantes consanguíneos cultos y bisexuados; sino que atendió a sus imperfectos deberes y, honestamente fallecida, se descompuso con señoril prontitud en aquellos mares siempre en movimiento, borborigmantes por el apenas insuflado flatus de coelo, incómodos para cualquiera, excepción hecha de esas miopes, empecinadas abuelitas… Esto me importa ahora notar: la ameba abuelita masticó el primer parvulísimo punto, la perlita diminuta, el primer añico de dura, indigerible nada. Y nuestra tribulación hodierna, cantilena y blasfemia, sea también devoción hacia la archiabuela ¡fffft! delicuescente en la nada.

En Hilarotragoedia

Traducción: Carlos Gumper

17 jul 2024

Charles Baudelaire - Dios y su profundidad

No hay comentarios. :
Charles Baudelaire - Dios y su profundidad

Se puede ser inteligente y buscar en Dios el cómplice y el amigo que faltan siempre. Dios es el eterno confidente en esta tragedia donde cada uno es el héroe. Puede que haya usureros y asesinos que digan a Dios: «¡Señor, haz que mi próxima operación tenga éxito!». Pero la oración de estas malas gentes no disminuye el honor y el placer de la mía.

En Diarios

W. H. Auden - Lecturas

No hay comentarios. :
W. H. Auden - Lecturas

Aunque una obra literaria pueda leerse de varias maneras, estas lecturas no son infinitas y pueden ordenarse de un modo jerárquico: algunas lecturas son sin duda más «verdaderas» que otras, algunas resultan improbables, otras falsas, y otras, como empezar por el final e ir avanzando hacia el principio, francamente absurdas. Por esa razón, a una isla desierta, uno debería llevarse un buen diccionario, antes que la mayor obra literaria imaginable; porque, respecto de sus lectores, el diccionario es completamente pasivo y puede, legítimamente, leerse de infinitas maneras.

En El arte de leer

16 jul 2024

Celia Paschero – La patria triste

No hay comentarios. :
Celia Paschero – La patria triste

La vida se resuelve

con los años

en tercos aniversarios

fechas ciertas

ajenas a veces

solo una perceptible vislumbre blanda

depositada en un árbol

el paraíso de la vereda

en la mirada

la de mi madre espiando

mi molesta pubertad destructora

de los años que ella hubiera querido detener

en el primer vestido de seda blanco

en el puño del hijo recién nacido

agarrado todavía a sus sueños ancestrales del vientre

en los gritos de los chicos jugando

a la pelota del verano

en un solo barrilete del cielo del 24 de abril de 1938

en la bomba que los muchachos pusieron en la puerta de la Universidad

otro 24 de abril pero de 1954


El tiempo son jalones de espacio

recuperado en mosaicos desparejos como veredas rotas

y toda nuestra ilusión que antes imaginamos

cinta infinita alrededor del mundo

es hoy apenas

cuatro o cinco banderitas

clavadas en los puntos cardinales de la patria

como las cuatro velas funerarias

del ataúd sobre el que lloramos

el territorio de la vasta geografía

y el mapa sintético de nuestro personal

cuerpo y alma.

13 jul 2024

Gerardo Lewin - Desde el Sheol - Entrevista con Shemp Howard

No hay comentarios. :
Gerardo Lewin - Desde el Sheol - Entrevista con Shemp Howard

No quiero distinguir ya mis palabras,

el roce quieto del aire de este limbo.


La tristeza carcome el corazón del muerto

como el regreso de una oscura tos.

Soy llagas, niebla;

en exceso he bebido del fatídico elixir del yo,

ese que fui y que invocan,

por la mala molienda de lo dicho:

falaz espíritu feliz.


Mártir, profeta y adalid;

buscaba crueles enemigos,

un monstruo derrotable,

el sentimiento trágico como una letanía:

sórdido garfio en las narinas,

el ataque constante de las cosas,

piquetes de ojos piadosos

y detestables onomatopeyas revulsivas.

Danzas bravas de la tribu trinitaria.


¿Se entiende ahora

en qué consiste

el verdadero negocio del chiflado?


Redimido por audiencias infantiles,

ingreso al santoral con aura:

una ronda de pájaros que pían 

alrededor de mi cabeza.


En Nombre impropio

11 jul 2024

Pablo Neruda - Tango del viudo

No hay comentarios. :
Pablo Neruda - Tango del viudo


Oh Maligna, ya habrás hallado la carta, ya habrás llorado de furia,

y habrás insultado el recuerdo de mi madre

llamándola perra podrida y madre de perros,

ya habrás bebido sola, solitaria, el té del atardecer

mirando mis viejos zapatos vacíos para siempre

y ya no podrás recordar mis enfermedades, mis sueños nocturnos, mis comidas,

sin maldecirme en voz alta como si estuviera allí aún

quejándome del trópico de los coolíes corringhis,

de las venenosas fiebres que me hicieron tanto daño

y de los espantosos ingleses que odio todavía.


Maligna, la verdad, qué noche tan grande, qué tierra tan sola!

He llegado otra vez a los dormitorios solitarios,

a almorzar en los restaurantes comida fría, y otra vez

tiro al suelo los pantalones y las camisas,

no hay perchas en mi habitación, ni retratos de nadie en las paredes.

Cuánta sombra de la que hay en mi alma daría por recobrarte,

y qué amenazadores me parecen los nombres de los meses,

y la palabra invierno qué sonido de tambor lúgubre tiene.


Enterrado junto al cocotero hallarás más tarde

el cuchillo que escondí allí por temor de que me mataras,

y ahora repentinamente quisiera oler su acero de cocina

acostumbrado al peso de tu mano y al brillo de tu pie:

bajo la humedad de la tierra, entre las sordas raíces,

de los lenguajes humanos el pobre sólo sabría tu nombre,

y la espesa tierra no comprende tu nombre

hecho de impenetrables substancias divinas.


Así como me aflige pensar en el claro día de tus piernas

recostadas como detenidas y duras aguas solares,

y la golondrina que durmiendo y volando vive en tus ojos,

y el perro de furia que asilas en el corazón,

así también veo las muertes que están entre nosotros desde ahora,

y respiro en el aire la ceniza y lo destruido,

el largo, solitario espacio que me rodea para siempre.


Daría este viento del mar gigante por tu brusca respiración

oída en largas noches sin mezcla de olvido,

uniéndose a la atmósfera como el látigo a la piel del caballo.

Y por oírte orinar, en la oscuridad, en el fondo de la casa,

como vertiendo una miel delgada, trémula, argentina, obstinada,

cuántas veces entregaría este coro de sombras que poseo,

y el ruido de espadas inútiles que se oye en mi alma,

y la paloma de sangre que está solitaria en mi frente

llamando cosas desaparecidas, seres desaparecidos,

substancias extrañamente inseparables y perdidas.


Isaías Garde - Lectura y comentario de algunos poemas de Denise Levetov

No hay comentarios. :

 


Coordina Isaías Garde

Para participar de los encuentros de lectura:

isaiasgarde@gmail.com

https://isaiasgarde.blogspot.com/

https://www.facebook.com/groups/textosentransicion


También pueden seguir la actividad en los siguientes canales:

Canal Whatsapphttps://whatsapp.com/channel/0029VaBZRE39sBIABWavgA1f

Canal Telegramhttps://t.me/+RJr1kBJeSDt_YLHZ




Hugo Gola - Oigo un salmo...

No hay comentarios. :
Hugo Gola - Oigo un salmo...

Oigo un salmo

un rezo

una plegaria

       enardecida


Oigo gruñir al viento

que forcejea

                  y pasa


veo el sol

soleando

la mano

prisionera


Todo lo que tocas

gime

y la palabra lenta

dice

no hay piedad para nadie

10 jul 2024

Fernando Pessoa (Alberto Caeiro) – No basta

No hay comentarios. :
Fernando Pessoa (Alberto Caeiro) – No basta

Versión: Isaías Garde


No basta con abrir la ventana

Para ver los campos y el río.

No es bastante no ser ciego

Para ver los árboles y las flores.

Es también preciso no tener ninguna filosofía.

Con filosofía no hay árboles: hay apenas ideas.

Hay solo cada uno de nosotros, como un sótano.

Hay solo una ventana cerrada, y todo el mundo de allá afuera;

Y un sueño de lo que se podría ver si la ventana se abriera,

Que nunca es lo que se ve cuando se abre la ventana.


Não Basta


Não basta abrir a janela

Para ver os campos e o rio.

Não é bastante não ser cego

Para ver as árvores e as flores.

É preciso também não ter filosofia nenhuma.

Com filosofia não há árvores: há idéias apenas.

Há só cada um de nós, como uma cave.

Há só uma janela fechada, e todo o mundo lá fora;

E um sonho do que se poderia ver se a janela se abrisse,

Que nunca é o que se vê quando se abre a janela.