27 jul 2023
César Aira - Traducción
Si las tomáramos en serio, habría que creer que los primitivos se hicieron las ideas más ridículas sobre el movimiento de los astros en particular y sobre la naturaleza en general. La máxima y suprema: creer que cuando el Sol se ponía a la tarde ya no iba a volver a salir nunca más. Yo sostengo, con una convicción que me viene de lo más profundo, que eso es falso: no hay primitivos, no hay salvajes, o en todo caso, si queremos darle ese nombre a civilizaciones distintas de la nuestra, no tenemos ningún derecho a suponerles menos inteligencia que la que nos arrogamos. Estúpidos, crédulos, ignorantes, siempre hubo, y no faltan entre nosotros. Pero una cultura, así sea la de unos indios desnudos en la selva, tiene y tuvo siempre todo el saber que tuvo y tendrá cualquier otra. En eso soy irreductible y militante. Creo que el error, alentado por un racismo latente hasta en los bienpensantes más escrupulosos, proviene de un error de traducción, o más precisamente de una traducción a medias, que en realidad no es una traducción. Supongamos que una nación cualquiera observa que la recurrencia de las formas de la Luna sirve para medir un determinado lapso de tiempo (lo que nosotros llamamos «mes»), y que a ese lapso le pone de nombre, en un razonable gesto de economía lingüística, la misma palabra que usa para nombrar a la Luna (nosotros también hacemos cosas así). Pues bien, si alguien traduce un discurso de esa lengua, va a ser infalible que ponga «Hace cinco Lunas…» donde alguien dijo en realidad «Hace cinco meses». No se para a pensar que ahí un mismo significante se usa para dos significados distintos, y que la identidad tiene una explicación sólo etimológica o genealógica. Y así es como los indios de los etnólogos, y después los de las novelas y el cine, aparecen diciendo «Hace cinco Lunas que no llover…» (porque, ya que están en tren de hacerlos quedar como unos idiotas, los hacen hablar en infinitivo también).
Este ejemplo, aparte de que no es un ejemplo, es un ejemplo muy simplificado, pero da una idea de lo que quiero decir. Una traducción bien hecha es una traducción completa. En su lengua el indio dice: «Hace cinco meses que no llueve», exactamente como lo diríamos nosotros. Y cuando hablan de Astronomía, de Medicina, de amor, o de lo que sea, lo hacen igual que lo hacemos nosotros, salvo que lo hacen en su idioma, como nosotros lo hacemos en el nuestro. Cualquier otra cosa es un error, por más gratificante que sea para nuestro deseo de verlos desde lo alto de nuestra superioridad. Aunque no expresa exactamente mi idea, se podría hablar de un «concepto ampliado de la traducción».
En Cumpleaños
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