César Aira - Pelopincho y Cachirula

6 nov 2019

César Aira - Pelopincho y Cachirula

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César Aira - Pelopincho y Cachirula


De chico yo tenía pasión por Pelopincho y Cachirula, una tira cómica cuyo autor firmaba con el seudónimo Fola (un anglo-uruguayo de nombre Geoffrey Foladori). Era lo primero que leía en el Billiken, los dos personajes (casi nunca había otros, era un mundo habitado por ellos dos) me caían inmensamente simpáticos. Pelopincho era un niño cabezón, peinado a la gomina a pesar del nombre, casi siempre vestido con un trajecito formal, con moñito. Cachirula, a la que Pelopincho en confianza llamaba Rulita, o Cachita, era una niña con un enorme moño en el cabello. La relación entre ambos no era explícita, o mejor dicho era distinta en cada tira: podían ser amigos, vecinos, vivir juntos, no conocerse, él podía ser el chofer de ella, ella la vendedora de una tienda y él un cliente... Porque no necesariamente eran niños, en realidad no lo eran casi nunca. Como no había nadie más en el mundo en que vivían, debían desempeñar todos los papeles. Y éstos eran locamente cambiantes. Recuerdo que en una ocasión Cachirula (o más bien Fola) ironizaba sobre estos cambios: aparecía harapienta, con su moño alicaído, y decía; “¡Las vueltas de la vida! Ahora Pelopincho es un magnate, y yo me veo obligada a mendigar para poder comer”. A la semana siguiente ella podía ser una señora burguesa y Pelopincho su jardinero. Eso era lo que más me gustaba. Era una libertad, un espectro de posibles de ser cualquier cosa, por ejemplo ser adultos sin dejar de ser niños, ser bombero, taxista, vendedor de zapatos, artista, comerciante, escolar, y a la vez seguir siendo Pelopincho y Cachirula. Por el lado del autor, se explicaba sin dificultad: tenía un chiste para dos personajes, casi siempre un chiste viejo, alguno de esos clásicos serviciales, y lo ponía en escena con sus dos únicos personajes, reencarnándolos en la situación que conviniera al chiste. Pero ese mecanismo tan somero lo hacía coincidir con los más felices sueños de destino de la infancia.

En Continuación de ideas diversas

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