yo caminaba
yo caminaba entraba preguntaba
“muchas gracias” decía
“no hay de qué” respondían
yo caminaba
mas por esos embrujos
no avanzaba
el cielo sí
el cielo sí volaba
puro y lejos
muy lejos y redondo
como en folleto de turismo
(visite Luxemburgo)
lo suficientemente lejos
para saber
que nunca
yo caminaba
entre una doble fila de no sé
no sé qué
con piernas reales
por baldosas reales
de esas que cubren
realidades reales
voces reales hechas de letras reales
cantaban como si realmente reales
“hay que seguir
no es posible detenerse
hay que seguir
hay que seguir”
yo caminaba con la tímida esperanza
de alcanzar el reborde
pisar la orilla blanda y salir
salir salirme caminaba
entre una doble fila de
células bragueros dentaduras
próstatas comadrejas y almorranas
yo caminaba
y preguntaba: ¿cómo se sale de la escupidera?
“preguntale a Colón” me respondían
“preguntale al presidente en ejercicio” me decían
“preguntale a mamita que lo sabe todo” se reían
mamita: cómo se sale de la escupidera?
yo caminaba
y preguntaba
y pedía permiso
y no avanzaba
“hay que seguir
hay que seguir
sin detenerse
y sin caer
con manos reales
ojos reales
con chalecos de fuerza reales reales”
y al cielo sí
y al cielo sí
de andrajos
al cielo negro
cada vez más bajo
al cielo irreversible
al cielo indigestado de plegarias
al cielo tapadera
de aquesta
la funesta
escupidera
19-IV-85
En La morada imposible


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