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Jorge Perednik - El ruiseñor de Onitsura

Jorge Perednik - El ruiseñor de Onitsura


El ruiseñor del poema de Onitsura

parado en una rama

hace caca en vez de cantar.

Recuerda que la naturaleza y el arte

se persiguen y se cruzan, precisan uno del otro:

las deyecciones buscan el piso para completar su caída

el piso necesita de la caída para poblarse.

La naturaleza no es un arte escondido

es un escenario; su disfraz, no disfrazarse

pasivamente quiere mostrar

que el arte más que realidad es elección:

el vuelo de las aves asumiendo que el poniente

es un lugar de reposo lleva a la máxima actividad

la insistencia del que talla

convencido que sin él el horror se desencadenaría

hace de sus esquirlas piedras preciosas.


El horror se disuelve en la risa

el cansancio de la risa devuelve el horror

Ella la mujer que no puedo amar

pasa bajo la rama leyendo un poema

y recibe el don del ave;

la pequeña mancha blanca cubre una letra;

donde decía "amor" dice "amo";

Señor Ruiz de Onitsura, grita el loro:

alguien pasa, alguien posa

alguien escucha un silbido y mira

es él


ahora

el ave metálica bombardea los huertos

es un ave

riega una lluvia que no moja lo sembrado

el que la ve no la avé

grita que sabe o que es ave

para que el piloto lave lave todo el tiempo

un polvo interminable

tras la risa y el horror está el colaboracionismo

los amantes deciden terminar

tercamente minar

todo posible aterrizaje

y donde se leía "un poblado" se lee "destrucción"

y donde se lee "destrucción" se leerá "limpieza"


[ahora]

el espacio traza el contorno de las aves

permite el vuelo, la lectura

ojos que bombardean manchas blancas que dicen

[ ]

el vacío soñará el sentido del sueño y

el sueño vaciará el sentido del vacío


O los adentros de una

o herida donde las aves picotean

(También las esquirlas tallan la forma del mundo

y donde había desesperación hay desesperación

y donde no se leía ahora se lee:)


la palabra sagrada:

primero no hay luz

después empieza la oscuridad

el gusano asoma la cabeza para cantar al ave

y mira hacia el horizonte:

dame muerte

suuuu, suuuu, ciii

el ave acude al llamado

esto es el arte

transformaciones en el etcétera

lo que vuelve al ave terrestre

al gusano un ave

y a lo que separa

piso de qué, techo de qué


borla, medronio

Las aves negras revolotean en la distancia

señalan

¿con qué?

(ala derecha, ala izquierda)

por aquí los errores del mundo

por allí

el cruce imposible de la naturaleza y la historia

el cruce posible mediado por el arte

esta cruz que perdió la e


un breve papel en la escena:

lo que toca sin ser deseado:

el loro y el ruiseñor abren el telón y desaparecen

Atención atención a los papeles breves

Un bebé que ve el futuro

quiere marchar a su encuentro

Atención atención a las imposibilidades

Se cierra el telón.


Vaticinen vaticanos

desde la platea

ustedes cuya voz es la voz del Autor

observen el vuelo de las aves

descifren sus vísceras

aplaudan

La vida querrá convencer al arte

sobre los beneficios del poema

para que el poema

y no


El telón baja

ellos abandonan el teatro

Onitsura, mi despedida:

tu ruiseñor hace caca y mancha

refuerza con sus arrojos la única ingenuidad, el azar;

su deyección cada vez que roza los ojos los despeja

pone en escena una obra

donde el arte es un detritus de la naturaleza

y la naturaleza una muestra colectiva de arte.

Mmira

el verso es cucha:

desde cierta rama las palabras del loro

son tan azarosas como las del mesías:

mmmira

el verso es criba:

poéticamente ninguna hez de ruiseñor

es más importante que su canto o viceversa:

una conducta guiada por los ojos ingenuos:

el ave que no voló de su rama escribe

que el mamífero que vuela

escribe sometido a su ley

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