2 abr 2020
Allen Ginsberg - Huérfano salvaje
Imperturbablemente madre
le lleva a pasear
junto a la vía férrea y junto al río
— él es el hijo del fugitivo
ángel del automóvil preparado —
e imagina automóviles
y los conduce en sus sueños,
así crece en soledad entre
los imaginarios automóviles y
las almas muertas de Tarrytown
para crear
por medio de su propia imaginación
la belleza de sus bravíos
antecesores — una mitología
que no puede heredar.
¿Alucinará más adelante
sus dioses? ¿Despertando
entre misterios con
un demente destello
de recuerdo?
El reconocimiento —
suceso tan insólito
en su alma,
conocido tan sólo en sueños
— nostalgias
de otra vida.
Una cuestión del alma.
Y los heridos
perdiendo su herida
en su inocencia
— una verga, una cruz,
una excelencia de amor.
Y el padre se lamenta
en una posada de mala muerte
complejidades de memoria
a un millar de millas de distancia
desconocedor
del inesperado
juvenil desconocido
que marcha errabundo hacia su puerta.
En Aullido y otros poemas
Traducción: Katy Gallego
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