29 oct 2019
Fernando Pessoa (Álvaro de Campos) - Oda triunfal
A la dolorosa luz de las grandes lámparas eléctricas de la fábrica
tengo fiebre y escribo.
Escribo rechinando los dientes, una fiera ante esta belleza,
ante esta belleza totalmente desconocida por los antiguos.
¡Oh ruedas, oh engranajes, r-r-r-r-r-r-r-r eterno!
¡Fuerte espasmo retenido de los maquinismos furiosos!
¡Furiosos fuera y dentro de mí
por todos mis nervios disecados,
por todas las papilas de todo aquello con que siento!
Tengo secos los labios, ¡oh grandes ruidos modernos!
De oíros demasiado cerca,
y me arde la cabeza de querer cantaros con el exceso
de expresión de todas mis sensaciones,
con un exceso contemporáneo de vosotras, ¡oh máquinas!
Febril y mirando los motores como a una Naturaleza tropical
-¡grandes trópicos humanos de hierro y fuego y fuerza!-
canto, y canto al presente, y también al pasado y al futuro,
porque el presente es todo el pasado y todo el futuro
y están Platón y Virgilio dentro de las máquinas y de las luces eléctricas
sólo porque hubo antaño y fueron humanos Virgilio y Platón,
y pedazos de Alejandro Magno tal vez del siglo cincuenta,
átomos que han de tener fiebre en el cerebro del Esquilo del siglo cien,
andan por estas correas de transmisión y por esos émbolos y por estos volantes
rugiendo, rechinando, rumoreando, atronando, ferrando,
haciéndome un exceso de caricias en el cuerpo con una sola caricia en el alma.
¡Ah, poder expresarse todo como un motor se expresa!
¡Ser completo como una máquina!
¡Poder ir por la vida triunfante como un automóvil último modelo!
¡Poder, al menos, penetrarme físicamente de todo esto,
rasgarme todo, abrirme completamente, volverme poroso
a todos los perfumes de aceites y calores y carbones
de esta flora estupenda, negra, artificial e insaciable!
¡Fraternidad con todas las dinámicas!
¡Promiscua furia de ser parte-agente
del rodar férreo y cosmopolita
de los trenes estrenuos*,
de la tarea de transportar cargas de navíos,
del giro lento y lúbrico de los guindastes,
del tumulto disciplinado de las fábricas,
y del casi-silencio susurrante y monótono de las correas de transmisión!
¡Horas europeas, productoras, entablilladas
entre maquinismos y quehaceres útiles!
¡Grandes ciudades paradas en los cafés,
en los cafés -oasis de inutilidades ruidosas-
donde se cristalizan y precipitan
los rumores y los gestos de lo Útil
y las ruedas dentadas y los coginetes de lo Progresivo!
¡Nueva Minerva sin alma de los muelles y estaciones!
¡Nuevos entusiasmos con la estatura del Momento!
¡Quillas de placas de hierro sonriendo arrimadas a las dársenas
o en seco, erguidas, en los planos inclinados de los puertos!
¡Actividad internacional, transatlántica, Canadian-Pacific!
¡Luces y febriles pérdidas de tiempo en los bares, en los hoteles,
en los Longchamps y en los Derbies y en los Ascots,
y Picadillies y Avenues de l'Opera que entran
por dentro de mi alma!
¡Hola, calles, hola, plazas, hola, la foule!
¡Todo lo que pasa, todo lo que se para ente los escaparates!
¡Comerciantes; vagabundos; escrocs exageradamente bien vestidos;
miembros evidentes de clubes aristocráticos;
escuálidas figuras ambiguas; padres de familia vagamente felices
y paternales hasta en la cadena de oro que atraviesa el chaleco
de bolsillo a bolsillo!
¡Todo lo que pasa, todo lo que pasa y nunca pasa!
¡Presencia excesivamente acentuada de las cocottes,
banalidad interesante (¡y quién sabe qué otra cosa por dentro!)
de las burguesitas, madre e hija, por lo general,
que andan por la calle con cualquier motivo;
la gracia femenina y falsa de los pederastas que pasan, lentos;
y toda la gente sencillamente elegante que pasea y se exhibe
y luego resulta que tienen un alma dentro!
(¡Ah, cómo desearía ser el souteneur de todo esto!)
¡La maravillosa belleza de las corrupciones políticas,
deliciosos escándalos financieros y diplomáticos,
agresiones políticas en las calles,
y de vez en cuando el cometa de algún regicidio
que ilumina de Prodigio y Fanfarria los cielos
usuales y lúcidos de la Civilización cotidiana!
¡Noticias desmentidas de los periódicos,
artículos políticos insinceramente sinceros,
noticias passez à-la-caisse, grandes crímenes-
de los que dos columnas pasan a la segunda página!
¡El olor fresco a tinta tipográfica!
¡Los carteles pegados hace poco, mojados!
¡Vients-de-paraître amarillos con una cinta blanca!
¡Cuánto os amo a todos, a todos, a todos,
cuánto os amo de todas las maneras,
con los ojos y con el oído y con el olfato
y con el tacto (¡lo que representaría para mí tocaros!)
y con la inteligencia como una antena a la que hacéis vibrar!
¡Ah, de qué manera todos mis sentidos se encelan por vosotros!
¡Abonos, trilladoras a vapor, progresos de la agricultura!
¡Química agrícola, y el comercio casi una ciencia!
¡Oh muestrarios de los viajantes-de-comercio,
de los viajantes-de-comercio, caballeros-andantes de la Industria,
prolongaciones humanas de las fábricas y de las oficinas tranquilas!
¡Oh telas en los escaparates, oh maniquíes, oh últimos figurines!
¡Oh artículos inútiles que todos quieren comprar!
¡Hola, grandes almacenes con varias secciones!
¡Hola, anuncios luminosos que se ven, parpadean y desaparecen!
¡Hola, todo aquello con lo que hoy se construye, con lo que hoy se es diferente de ayer!
¡Eh, cemento armado, hormigón, técnicas nuevas!
¡Progresos de los armamentos gloriosamente mortíferos!
¡Blindajes, cañones, ametralladoras, submarinos, aeroplanos!
Os amo a todos, a todo, como una fiera.
Os amo carnívoramente,
perversamente y enroscando mi mirada
en vosotras, ¡oh cosas grandes, banales, útiles, inútiles,
oh cosas modernísimas,
oh mis contemporáneas, forma actual y próxima
del sistema inmediato del Universo!
¡Nueva Revelación metálica y dinámica de Dios!
¡Oh fábricas, oh laboratorios, oh music-halls, oh Luna Parks,
oh acorazados, oh puentes, oh muelles flotantes,
en mi mente turbulenta y encandecida
os poseo como a una mujer hermosa,
os poseo totalmente como a una mujer hermosa a la que no se ama,
a la que se encuentra por casualidad y nos parece interesantísima!
¡Eh-ah-ho, fachadas de los grandes almacenes!
¡Eh-ah-ho, ascensores de los grandes edificios!
¡Eh-ah-ho, reorganizaciones ministeriales!
¡Parlamentos, políticas, secretarios de presupuestos,
presupuestos falsificados!
(Un presupuesto es tan natural como un árbol
y un parlamento tan bello como una mariposa.)
¡Hola, interés por todo en la vida,
porque todo es la vida, desde los brillantes en los escaparates
hasta la noche, puente misterioso entre los astros
y el mar antiguo y solemne, bañando las costas
y siendo misericordiosamente el mismo
que era cuando Platón era verdaderamente Platón
en su presencia verdadera y en su carne con el alma adentro,
y hablaba con Aristóteles, que no había de ser su discípulo!
Yo podría morir triturado por un motor
con el sentimiento de deliciosa entrega de una mujer poseída.
¡Arrójenme dentro de los altos hornos!
¡Tírenme debajo de los trenes!
¡Azótenme a bordo de los barcos!
¡Masoquismo a través de los maquinismos!
¡Sadismo de no sé qué moderno y yo y barullo!
¡Aupa, jockey que has ganado el Derby,
morder tu cap de dos colores!
(¡Ser tan alto que no pudiese entrar por ninguna puerta!
¡Ah, mirar es para mí una perversión sexual!)
¡Eh, eh, eh, catedrales!
¡Dejad que me parta la cabeza contra vuestras esquinas,
y que sea levantado de la calle lleno de sangre
sin que nadie sepa quién soy!
¡Oh tranvías, funiculares, metropolitanos,
restregaos conmigo hasta el espasmo!
¡Huy, huy, ay, ay, ay!
¡Soltadme carcajadas en plena cara,
oh automóviles atestados de parranderos y de putas,
oh multitudes cotidianas ni alegres ni tristes de las calles,
río multicolor anónimo donde no puedo bañarme como querría!
¡Ah, qué vidas tan complejas, qué de cosas por todas las casas de todo esto!
¡Ah, saberse la vida de todos, los apuros de dinero,
los disgustos domésticos, los vicios que no se sospechan,
los pensamientos que cada uno tiene a solas en su cuarto
y los gestos que hace cuando nadie lo puede ver!
¡No saber todo esto es ignorarlo todo, oh rabia!,
oh rabia que como una fiebre y un celo y un hambre
me consume el rostro y me agita a veces las manos
en crispaciones absurdas justo en medio de las turbas
en las calles llenas de encontronazos!
¡Ah, y la gente ordinaria y sucia, que parece siempre la misma,
que dice palabrotas como palabras corrientes,
cuyos hijos roban a las puertas de los ultramarinos,
y cuyas hijas a los ocho años -¡y esto me parece hermoso y me gusta!-
masturban a hombres de aspecto decente en el hueco de la escalera!
¡Ah, la gentuza que anda por los andamios y se va a casa
por callejas casi irreales de estrechez y podredumbre!
¡Maravillosa ralea humana que vive como los perros,
que está por debajo de todos los sistemas morales,
para quien no ha sido hecha ninguna religión,
creado ningún arte,
destinada ninguna política!
¡Cuánto os amo a todos, porque sois así,
ni inmorales de tan bajos que sois, ni buenos ni malos,
inalcanzables por todos los progresos,
fauna maravillosa del fondo del mar de la vida!
(En la noria del huerto de mi casa
el burro anda dando vueltas, dando vueltas,
y el misterio del mundo es de este tamaño).
Límpiate el sudor con el brazo, trabajador descontento.
La luz del sol sofoca el silencio de las esferas
y todos hemos de morir,
¡oh pinares sombríos del crepúsculo,
pinares en los que mi infancia era otra cosa
de lo que ahora soy...!
Pero, ¡ah, otra vez la rabia mecánica constante!
Otra vez la obsesión agitada de los autobuses.
Y otra vez la furia de estar yendo al mismo tiempo dentro de todos los trenes
de todas las partes del mundo,
de estar diciendo adiós desde la borda de todos los navíos,
que a estas horas están levando anclas o alejándose de los muelles.
¡Oh hierro, oh acero, oh aluminio, oh chapas de hierro curvado!
¡Oh muelles, oh puertos, oh convoyes, oh guindastes, oh remolcadores!
¡Eh-ah grandes desastres de trenes!
¡Eh-ah hundimientos de galerías de minas!
¡Eh-ah naufragios deliciosos de los grandes trasatlánticos!
¡Eh-ah revoluciones aquí, allá, acullá,
alteraciones de constituciones, guerras, tratados, invasiones,
ruido, injusticias, violencias, y tal vez en breve el fin,
la gran invasión de los bárbaros amarillos por Europa,
y otro Sol en el nuevo Horizonte!
¡Qué importa todo esto, pero qué importa todo esto
al fúlgido y rubro ruido contemporáneo,
al ruido cruel y delicioso de la civilización de hoy!
Todo esto apaga todo, salvo el Momento,
el Momento de tronco desnudo y caliente como un fogonero,
el Momento estridentemente ruidoso y mecánico,
el Momento, dinámico pasaje de todas las bacantes
del hierro y del bronce y de la borrachera de los metales.
¡Ea trenes, ea puentes, ea hoteles a la hora de cenar,
ea aparatos de todas las clases, férreos, brutos, mínimos,
instrumentos de precisión, aparatos de triturar, de cavar,
industrias, brocas, rotativas!
¡Ea! ¡ea! ¡ea!
¡Ea electricidad, nervios enfermos de la Materia!
¡Ea telegrafía sin hilos, simpatía metálica de lo Inconsciente!
¡Ea túneles, ea canales, Panamá, Kiel, Suez!
¡Ea todo el pasado dentro del presente!
¡Ea todo el futuro ya dentro de nosotros! ¡Ea!
¡Ea, ea, ea!
¡Frutos de hierro y útiles del árbol-fábrica cosmopolita!
¡Ea, ea, ea! ¡ea-ho-ho-ho!
No sé que existo para dentro. Giro, doy vueltas, me ingenio.
Me enganchan en todos los trenes.
Me izan en todos los muelles.
Giro dentro de las hélices de todos los barcos.
¡Ea! ¡Hurra! ¡Ea!
¡Ea! ¡Soy el calor mecánico y la electricidad!
¡Ea! ¡Y los rails y las casas de máquinas y Europa!
¡Ea y hurra por mi-todo y en todo, máquinas trabajando, ea!
¡Saltar con todo por encima de todo! ¡Aúpa!
¡Aúpa, aúpa, aúpa, aúpa!
¡Hala! ¡Hola! ¡Ho-o-o-o-o!
¡Z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z!
¡Ah, no ser yo todo el mundo y todos los sitios!
En Poemas
Traducción: Miguel Ángel Flores
Ode Triunfal
À dolorosa luz das grandes lâmpadas eléctricas da fábrica
Tenho febre e escrevo.
Escrevo rangendo os dentes, fera para a beleza disto,
Para a beleza disto totalmente desconhecida dos antigos.
Ó rodas, ó engrenagens, r-r-r-r-r-r eterno!
Forte espasmo retido dos maquinismos em fúria!
Em fúria fora e dentro de mim,
Por todos os meus nervos dissecados fora,
Por todas as papilas fora de tudo com que eu sinto!
Tenho os lábios secos, ó grandes ruídos modernos,
De vos ouvir demasiadamente de perto,
E arde-me a cabeça de vos querer cantar com um excesso
De expressão de todas as minhas sensações,
Com um excesso contemporâneo de vós, ó máquinas!
Em febre e olhando os motores como a uma Natureza tropical --
Grandes trópicos humanos de ferro e fogo e força --
Canto, e canto o presente, e também o passado e o futuro,
Porque o presente é todo o passado e todo o futuro
E há Platão e Virgílio dentro das máquinas e das luzes eléctricas
Só porque houve outrora e foram humanos Virgílio e Platão,
E pedaços do Alexandre Magno do século talvez cinquenta,
Átomos que hão de ir ter febre para o cérebro do Ésquilo do século cem,
Andam por estas correias de transmissão e por estes êmbolos e por estes volantes,
Rugindo, rangendo, ciciando, estrugindo, ferreando,
Fazendo-me um excesso de carícias ao corpo numa só carícia à alma.
Ah, poder exprimir-me todo como um motor se exprime!
Ser completo como uma máquina!
Poder ir na vida triunfante como um automóvel último-modelo!
Poder ao menos penetrar-me fisicamente de tudo isto,
Rasgar-me todo, abrir-me completamente, tornar-me passento
A todos os perfumes de óleos e calores e carvões
Desta flora estupenda, negra, artificial e insaciável!
Fraternidade com todas as dinâmicas!
Promíscua fúria de ser parte-agente
Do rodar férreo e cosmopolita
Dos comboios estrénuos,
Da faina transportadora-de-cargas dos navios,
Do giro lúbrico e lento dos guindastes,
Do tumulto disciplinado das fábricas,
E do quase-silêncio ciciante e monótono das correias de transmissão!
Horas europeias, produtoras, entaladas
Entre maquinismos e afazeres úteis!
Grandes cidades paradas nos cafés,
Nos cafés -- oásis de inutilidades ruidosas
Onde se cristalizam e se precipitam
Os rumores e os gestos do Útil
E as rodas, e as rodas-dentadas e as chumaceiras do Progressivo!
Nova Minerva sem-alma dos cais e das gares!
Novos entusiasmos da estatura do Momento!
Quilhas de chapas de ferro sorrindo encostadas às docas,
Ou a seco, erguidas, nos pianos-inclinados dos portos!
Actividade internacional, transatlântica, Canadian-Pacific!
Luzes e febris perdas de tempo nos bares, nos hotéis,
Nos Longchamps e nos Derbies e nos Ascots,
E Piccadillies e Avenues de l'Opera que entram
Pela minh'alma dentro!
Hé-lá as ruas, hé-lá as praças, hé-la-hó la foule!
Tudo o que passa, tudo o que pára às montras!
Comerciantes; vadios; escrocs exageradamente bem-vestidos;
Membros evidentes de clubes aristocráticos;
Esquálidas figuras dúbias; chefes de família vagamente felizes
E paternais até na corrente de oiro que atravessa o colete
De algibeira a algibeira!
Tudo o que passa, tudo o que passa e nunca passa!
Presença demasiadamente acentuada das cocotes;
Banalidade interessante (e quem sabe o quê por dentro?)
Das burguesinhas, mãe e filha geralmente,
Que andam na rua com um fim qualquer,
A graça feminil e falsa dos pederastas que passam, lentos;
E toda a gente simplesmente elegante que passeia e se mostra
E afinal tem alma lá dentro!
(Ah, como eu desejaria ser o souteneur disto tudo!)
A maravilhosa beleza das corrupções políticas,
Deliciosos escândalos financeiros e diplomáticos,
Agressões políticas nas ruas,
E de vez em quando o cometa dum regicídio
Que ilumina de Prodígio e Fanfarra os céus
Usuais e lúcidos da Civilização quotidiana!
Notícias desmentidas dos jornais,
Artigos políticos insinceramente sinceros,
Notícias passez à-la-caisse, grandes crimes --
Duas colunas deles passando para a segunda página!
O cheiro fresco a tinta de tipografia!
Os cartazes postos há pouco, molhados!
Vients-de-paraitre amarelos com uma cinta branca!
Como eu vos amo a todos, a todos, a todos,
Como eu vos amo de todas as maneiras,
Com os olhos e com os ouvidos e com o olfacto
E com o tacto (o que palpar-vos representa para mim!)
E com a inteligência como uma antena que fazeis vibrar!
Ah, como todos os meus sentidos têm cio de vós!
Adubos, debulhadoras a vapor, progressos da agricultura!
Química agrícola, e o comércio quase uma ciência!
Ó mostruários dos caixeiros-viajantes,
Dos caixeiros-viajantes, cavaleiros-andantes da Indústria,
Prolongamentos humanos das fábricas e dos calmos escritórios!
Ó fazendas nas montras! ó manequins! ó últimos figurinos!
Ó artigos inúteis que toda a gente quer comprar!
Olá grandes armazéns com várias secções!
Olá anúncios eléctricos que vêm e estão e desaparecem!
Olá tudo com que hoje se constrói, com que hoje se é diferente de ontem!
Eh, cimento armado, beton de cimento, novos processos!
Progressos dos armamentos gloriosamente mortíferos!
Couraças, canhões, metralhadoras, submarinos, aeroplanos!
Amo-vos a todos, a tudo, como uma fera.
Amo-vos carnivoramente,
Pervertidamente e enroscando a minha vista
Em vós, ó coisas grandes, banais, úteis, inúteis,
Ó coisas todas modernas,
Ó minhas contemporâneas, forma actual e próxima
Do sistema imediato do Universo!
Nova Revelação metálica e dinâmica de Deus!
Ó fábricas, ó laboratórios, ó music-halls, ó Luna-Parks,
Ó couraçados, ó pontes, ó docas flutuantes --
Na minha mente turbulenta e incandescida
Possuo-vos como a uma mulher bela,
Completamente vos possuo como a uma mulher bela que não se ama,
Que se encontra casualmente e se acha interessantíssima.
Eh-lá-hô fachadas das grandes lojas!
Eh-lá-hô elevadores dos grandes edifícios!
Eh-lá-hô recomposições ministeriais!
Parlamento, políticas, relatores de orçamentos;
Orçamentos falsificados!
(Um orçamento é tão natural como uma árvore
E um parlamento tão belo como uma borboleta.)
Eh-lá o interesse por tudo na vida,
Porque tudo é a vida, desde os brilhantes nas montras
Até à noite ponte misteriosa entre os astros
E o amor antigo e solene, lavando as costas
E sendo misericordiosamente o mesmo
Que era quando Platão era realmente Platão
Na sua presença real e na sua carne com a alma dentro,
E falava com Aristóteles, que havia de não ser discípulo dele.
Eu podia morrer triturado por um motor
Com o sentimento de deliciosa entrega duma mulher possuída.
Atirem-me para dentro das fornalhas!
Metam-me debaixo dos comboios!
Espanquem-me a bordo de navios!
Masoquismo através de maquinismos!
Sadismo de não sei quê moderno e eu e barulho!
Up-lá hó jóquei que ganhaste o Derby,
Morder entre dentes o teu cap de duas cores!
(Ser tão alto que não pudesse entrar por nenhuma porta!
Ah, olhar é em mim uma perversão sexual!)
Eh-lá, eh-lá, eh-lá, catedrais!
Deixai-me partir a cabeça de encontro às vossas esquinas,
E ser levantado da rua cheio de sangue
Sem ninguém saber quem eu sou!
Ó tramways, funiculares, metropolitanos,
Roçai-vos por mim até ao espasmo!
Hilla! hilla! hilla-hô!
Dai-me gargalhadas em plena cara,
Ó automóveis apinhados de pândegos e de putas,
Ó multidões quotidianas nem alegres nem tristes das ruas,
Rio multicolor anónimo e onde eu me posso banhar como quereria!
Ah, que vidas complexas, que coisas lá pelas casas de tudo isto!
Ah, saber-lhes as vidas a todos, as dificuldades de dinheiro,
As dissensões domésticas, os deboches que não se suspeitam,
Os pensamentos que cada um tem a sós consigo no seu quarto
E os gestos que faz quando ninguém pode ver!
Não saber tudo isto é ignorar tudo, ó raiva,
Ó raiva que como uma febre e um cio e uma fome
Me põe a magro o rosto e me agita às vezes as mãos
Em crispações absurdas em pleno meio das turbas
Nas ruas cheias de encontrões!
Ah, e a gente ordinária e suja, que parece sempre a mesma,
Que emprega palavrões como palavras usuais,
Cujos filhos roubam às portas das mercearias
E cujas filhas aos oito anos -- e eu acho isto belo e amo-o! --
Masturbam homens de aspecto decente nos vãos de escada.
A gentalha que anda pelos andaimes e que vai para casa
Por vielas quase irreais de estreiteza e podridão.
Maravilhosa gente humana que vive como os cães,
Que está abaixo de todos os sistemas morais,
Para quem nenhuma religião foi feita,
Nenhuma arte criada,
Nenhuma política destinada para eles!
Como eu vos amo a todos, porque sois assim,
Nem imorais de tão baixos que sois, nem bons nem maus,
Inatingíveis por todos os progressos,
Fauna maravilhosa do fundo do mar da vida!
(Na nora do quintal da minha casa
O burro anda à roda, anda à roda,
E o mistério do mundo é do tamanho disto.
Limpa o suor com o braço, trabalhador descontente.
A luz do sol abafa o silêncio das esferas
E havemos todos de morrer,
Ó pinheirais sombrios ao crepúsculo,
Pinheirais onde a minha infância era outra coisa
Do que eu sou hoje. . . )
Mas, ah outra vez a raiva mecânica constante!
Outra vez a obsessão movimentada dos ónibus.
E outra vez a fúria de estar indo ao mesmo tempo dentro de todos os comboios
De todas as partes do mundo,
De estar dizendo adeus de bordo de todos os navios,
Que a estas horas estão levantando ferro ou afastando-se das docas.
Ó ferro, ó aço, ó alumínio, ó chapas de ferro ondulado!
Ó cais, ó portos, ó comboios, ó guindastes, ó rebocadores!
Eh-lá grandes desastres de comboios!
Eh-lá desabamentos de galerias de minas!
Eh-lá naufrágios deliciosos dos grandes transatlânticos!
Eh-lá-hô revoluções aqui, ali, acolá,
Alterações de constituições, guerras, tratados, invasões,
Ruído, injustiças, violências, e talvez para breve o fim,
A grande invasão dos bárbaros amarelos pela Europa,
E outro Sol no novo Horizonte!
Que importa tudo isto, mas que importa tudo isto
Ao fúlgido e rubro ruído contemporâneo,
Ao ruído cruel e delicioso da civilização de hoje?
Tudo isso apaga tudo, salvo o Momento,
O Momento de tronco nu e quente como um fogueiro,
O Momento estridentemente ruidoso e mecânico,
O Momento dinâmico passagem de todas as bacantes
Do ferro e do bronze e da bebedeira dos metais.
Eia comboios, eia pontes, eia hotéis à hora do jantar,
Eia aparelhos de todas as espécies, férreos, brutos, mínimos,
Instrumentos de precisão, aparelhos de triturar, de cavar,
Engenhos, brocas, máquinas rotativas!
Eia! eia! eia!
Eia eletricidade, nervos doentes da Matéria!
Eia telegrafia-sem-fios, simpatia metálica do inconsciente!
Eia túneis, eia canais, Panamá, Kiel, Suez!
Eia todo o passado dentro do presente!
Eia todo o futuro já dentro de nós! eia!
Eia! eia! eia!
Frutos de ferro e útil da árvore-fábrica cosmopolita!
Eia! eia! eia, eia-hô-ô-ô!
Nem sei que existo para dentro. Giro, rodeio, engenho-me.
Engatam-me em todos os comboios.
Içam-me em todos os cais.
Giro dentro das hélices de todos os navios.
Eia! eia-hô eia!
Eia! sou o calor mecânico e a electricidade!
Eia! e os rails e as casas de máquinas e a Europa!
Eia e hurrah por mim-tudo e tudo, máquinas a trabalhar, eia!
Galgar com tudo por cima de tudo! Hup-lá!
Hup-lá, hup-lá, hup-lá-hô, hup-lá!
Hé-lá! He-hô Ho-o-o-o-o!
Z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z-z!
Ah não ser eu toda a gente e toda a parte!
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