Gabriela Cabezón Cámara - Quién lo hubiera dicho

30 oct 2019

Gabriela Cabezón Cámara - Quién lo hubiera dicho

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Romance de la Negra Rubia


Digo quién lo hubiera dicho: lo hubiera dicho cualquiera es la respuesta coral, pero están equivocados el coro y el corifeo; no lo hubiera dicho nadie y menos que nadie yo. Es que cualquier perspectiva es un lugar conseguido, yo no creo que haya lugar totalmente regalado: se llega a la perspectiva, lo que organiza el relato, y si se puede contar es que algo de bueno habrá ahí donde estás parado y si se quiere contar es que algo se está buscando. Ese punto es como un nudo donde se tejen los hilos sueltos de cualquier vida y de esa trenza florece el milagro del sentido que es tan real como fue la damajuana sin fin en las bodas de Caanán —qué pobre mitología de qué pobres muertos de hambre: con unos litros de tinto sacar patente de Dios— y sin embargo salimos, de la boda y del relato, ebrios de tanto entender cómo es que funciona todo y así vivimos inmersos en resaca celestial. Ese día de septiembre en que ardí como una bonza, a quién se le hubiera ocurrido que solo un lustro después adquiriría este brillo. Ese día terminé más opaca que una nube en un eclipse de sol, más opaca que un fantasma: opaca como cenizas, medio muerta y sin cerebro, en coma farmacológico durante casi un trimestre. Y después, ¿qué mayor opacidad que no verse en los espejos?

Fue como una caída libre y en el impacto del suelo, el fondo del precipicio, reventé como una bomba arrojada desde avión. Si bien reventé solita, alguna de esas esquirlas le pegaron a los otros y todo ese movimiento, caída libre, explosión y reacciones en cadena, armó un brutal empujón y hasta acá vine a parar.

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