20 nov 2024
Aldo Oliva - Caza mayor
La verdad nunca tuve entera fe en los pájaros.
Quedé niño de honda en tensión testimoniando
festivales y duras conjeturas,
asedios, pedradas e iluminaciones
en el berretín de la tiniebla.
Las palabras trocadas, fuego del juego,
su constelación bajo las constelaciones,
voces altivas que confundí con el amor.
No tuve fe en los pájaros.
Antes que la estrategia azul me desolara
gemí muy hondo esquinando en la furia de mis nervios,
bajé al río a beber
maldije la decencia,
sangré tristes criaturas de alcohol irrestañable,
construí un mundo, era de ceniza, contra el poniente lo aventé.
Cada mañana salgo de la tumba y reinicio este canto.
14 nov 2024
Jacobo Fijman - Yo estaba muerto...
Yo estaba muerto bajo los grandes soles, bajo los grandes soles fríos.
A través de mi llanto
oigo el agrio sudor de la precocidad.
Yo vuelvo sobre un musgo
y las ciudades crecen a la aventura hasta la noche del estupor.
Miseria.
Dios pesa.
Me llaman vientos de mar.
Van y vienen en grandes cambios; se alargan en saltos irritados
que apagan mi temblor, que exasperan los sueños.
Jamás podré seguir.
Yo me veo colgado como un cristo amarillo
sobre los vidrios pálidos del mundo.
En Hecho de estampas, poema V
12 nov 2024
Alberto Muñoz - Un caballo en la garconniere
Ah cómo gozaba los sainetes de Buttaro,
la rara inclusión del mandolín en el primer
trío de Canaro y el presagio de esa danza loca
que la princesa heredera de Rumania bailara con
el infante don Luis de Orleans.
Soñaba el cielo como una grapa,
como un meato escondido en los muslos de Manolita Poli,
pero había que trabajar, había que orillar el pescante,
soportar el carro carbonero.
Los otros caballos pensaban como alemanes, salvo
“El atontado” que tenía una salva criolla en los cojones
y sabía de memoria Comme il faut, Rawson, El Marne,
todo Arolas el tigre.
Un extranjero llegó al corralón y cambió el reparto.
Ya no era el carbón sino galleta dulce
y la avena olía al aduanero.
Tolerado el reparo (sin saber cómo desearle el bien
a quien se ama) “El atontado” contrajo cita en una garconniere.
Bella era sentada en la salita turca
y no movida por el amor que le dio la liga negra
que “El atontado” ciñó por siempre sobre su cincha.
Alguien que tocaba el violín corneta
le dedicó la milonga que París no conoció
por esa injusticia que se comete
con los compositores desconocidos.
En Acordeón a piano
Raúl Gonzáles Tuñón - Amueblada
Con un clima canalla de versos traducidos
o de vagas riberas a un costado del mundo
o de hondas estaciones de ciudades malditas
y un algo conocido todo desconocido.
Y la pared copiada de otras paredes tiene
grandes flores azules y grandes globos rojos.
De lo que no se cierra, irremediable, un ruido
y la alta cama fría y el bidet atrás del biombo.
Pájaros, los rumores chocando contra el vidrio,
súbita una guiñada del velador responde
y acordarse de amores ya desaparecidos,
como de antiguos sitios, como de antiguos nombres.
Aquí estamos, no hay nada más cierto que nosotros.
El espacio y el tiempo y el vivir, todo es nuestro.
El cuarto se embellece con el abrazo largo,
el cuarto se decora de ansiedad y silencio.
Oh lenta noche, oh puerto, la numerosa luna
y el espejo que encierra gnomos adormecidos,
escollera del sueño, paisaje desteñido,
partida no ignorada, vuelta que es ya segura.
Y la noche vacía de la calle vacía
donde perros sin dueño arañan altos muros.
Boca de la ciudad que se traga el tranvía.
Aquí estamos atados, casi solemnes, mudos,
como la voz y el alma, realmente desnudos.
En Todos bailan
10 nov 2024
Aurelio Lopez - Signos
Ni la mirada estéril ni el veto intempestivo a las ventanas
y a los pájaros. Ni haber ungido así, sin avisar,
el silencio más o menos atroz. Fue el modo
en que depositó sobre la mesa aquel objeto trivial
lo que nos hizo saber que algo, tan inconcebible como cierto,
tan inasible como real,
algo como una garra o la túnica de un ángel, lo rozaba
una vez más.
Que no sepas cómo fue ni quién lo hizo.
Que no tenga sentido ni razón. Que el viento
que arrastra bolsas, hojas, gente, te deposite a vos también
allá, en el lugar exacto de la incertidumbre. Que el estupor
marque el camino y el ritmo. Pero que una parte de vos
esté despierta cuando vengan a explicarte
la forma inexplicable de una nube.
8 nov 2024
César Aira - Lo ya hecho
6 nov 2024
Jorge Luis Borges - Monumento minúsculo
No hay un escritor métrico, por casual y nulo que sea, que no haya cincelado (el verbo suele figurar en su conversación) su soneto perfecto, monumento minúsculo que custodia su posible inmortalidad, y que las novedades y aniquilaciones del tiempo deberán respetar. Se trata de un soneto sin ripios, generalmente, pero que es un ripio todo él: es decir, un residuo, una inutilidad.
En La supersticiosa ética del lector, 1932
4 nov 2024
Jorge Luis Borges - Poemas malos
El libro es la sombra de algo que está en la mente del autor y que el autor no conoce claramente: esa sombra llega a ser y lo otro desaparece. La obra llega a ser lo real y la idea va quedando como un vestigio de la obra, progresivamente más irreal. Al ver los poemas tempranos de Yeats —buenos al cabo de veinte años, tras muchas correcciones—, he pensado que los escribió para llegar a esta forma: son poemas que han necesitado toda la vida del autor para llegar a la forma perfecta. Tal vez no haya, en la mente de los poetas, poemas malos; tal vez en casi todos los poemas malos habrá un poema bueno, que movió a escribir al autor. Yeats empezó a escribir los suyos porque confusamente los adivinaba como son ahora, como quedaron después de las últimas correcciones; los poemas malos serían poemas no concluidos.
Borges en los diarios de Bioy
30 oct 2024
Anna Ajmátova - La mujer de Lot
Y el hombre justo acompañó al luminoso agente de Dios
por una montaña negra, siguiendo su huella,
mientras una voz incansable acosaba a la mujer:
—No es demasiado tarde, aun puedes mirar hacia atrás.
Hacia las torres rojas de tu Sodoma nativa,
al patio donde una vez cantaste, al pabellón para hilar,
a las ventanas de la enorme casa
donde la descendencia santificó tu lecho conyugal.
Una sola mirada: súbita punzada de dolor
en sus ojos, antes de poder emitir cualquier sonido.
Su cuerpo se derritió en sal transparente
y sus ligeras piernas claváronse en la tierra.
¿Quién penará por esta mujer? ¿No le resulta
de sobra insignificante a nuestra incumbencia?
Incluso así, nunca la negaré en mi corazón,
ella que murió porque eligió volverse.
Traducción: Kyra Galván
25 oct 2024
Jorge Luis Borges - Mínimas o máximas variaciones
El sabor de la manzana (declara Berkeley) está en el contacto de la fruta con el paladar, no en la fruta misma; análogamente (diría yo) la poesía está en el comercio del poema con el lector, no en la serie de símbolos que registran las páginas de un libro. Lo esencial es el hecho estético, el "thrill", la modificación física que suscita cada lectura. Esto acaso no es nuevo, pero a mis años las novedades importan menos que la verdad.
La literatura impone su magia por artificios; el lector acaba por reconocerlos y desdeñarlos; de ahí la constante necesidad de mínimas o máximas variaciones, que pueden recuperar un pasado o prefigurar un porvenir.
Poesía completa, prólogo
Imagene: Borges por Sara Facio
24 oct 2024
Amado Nervo - Como blanca teoría por el desierto...
Como blanca teoría por el desierto,
desfilan silenciosas mis ilusiones,
sin árbol que les preste sus ramazones
ni gruta que les brinde refugio cierto.
La luna se levanta del campo yerto
y al claror de sus lívidas fulguraciones,
como blanca teoría mis ilusiones
desfilan silenciosas por el desierto.
En vano al cielo piden revelaciones,
son esfinges los astros, Edipo ha muerto,
y a la faz de las viejas constelaciones,
desfilan silenciosas mis ilusiones
como blanca teoría por el desierto.
22 oct 2024
Joaquín Giannuzzi - Cumpleaños
He cerrado la puerta de mi padre.
Finalmente lo supe, al amanecer
de este cumpleaños en que te sobrevivo.
Pero aún con la difícil respiración
al borde de la cama y sombrías
opciones por delante, puedo entender
que tú y todos los muertos han perdido
y que vivir es el único prestigio que cubre la tierra.
Entonces, todo lo que es está bien.
Por alguna razón me incorporo; jadeando,
vacío tu rostro hacia la pesada oscuridad
y tengo tu misma manera de torcer la boca
al paso de la puntada por el pecho anginoso.
En Violín obligado
21 oct 2024
Daniel Chirom - Los atlantes
Los sacerdotes egipcios fueron nuestros últimos testigos;
perduró la leyenda por boca de Platón.
Nueve anillos de agua y nueve de tierra,
y de anillo a anillo construimos puentes.
Rodeados del favor de los dioses
modelamos la alegría de los metales preciosos,
cultivamos la perplejidad de la filosofía,
la magia de la poesía.
Cuando los vientos nos fueron favorables
surcamos los mares con nuestros tesoros:
nos arrojaron de todas las costas
y fueron malditos nuestros magos.
Inútil fue regresar:
nuestra tierra se encontraba en el seno de la tierra.
Fuimos condenados a vagar la eternidad.
Somos los Atlantes,
naufragamos con nuestras riquezas.
A veces,
en mitad de la noche
nos humilla la poesía.
19 oct 2024
Raúl González Tuñón - El poeta murió al amanecer
Sin un céntimo, solo, tal como vino al mundo,
murió al fin en la plaza frente a la inquieta feria.
Velaron el cadáver del dulce vagabundo
dos musas: la esperanza y la miseria.
Fue un poeta completo de su vida y su obra,
escribió versos casi celestes, casi mágicos,
de invención verdadera
y como hombre de su tiempo que era
también ardientes cantos y poemas civiles
de esquinas y banderas.
Algunos, los más viejos, lo negaron de entrada.
Algunos, los más jóvenes, lo negaron después.
Hoy irán a su entierro cuatro buenos amigos,
los parroquianos del Café,
los artistas del circo ambulante,
unos cuantos obreros,
un antiguo editor,
una hermosa mujer
y mañana, mañana,
florecerá la tierra que caiga sobre él.
Deja muy pocas cosas, libros, un Heine, un Whitman,
un Quevedo, un Darío, un Rimbaud, un Baudelaire,
un Schiller, un Bertrand, un Becquer, un Machado,
versos de un ser querido que se fue antes que él,
muchas cuentas impagas, un mapa, una veleta
y una antigua fragata dentro de una botella.
Los que lo vieron dicen que murió como un niño.
Para él fue la muerte como el último asombro:
tenía una estrella muerta sobre el pecho vencido,
y un pájaro en el hombro.
Juan José Saer - Una narración circular
Una narración podría estructurarse mediante una simple yuxtaposición de recuerdos. Harían falta para eso lectores sin ilusión. Lectores que, de tanto leer narraciones realistas que les cuentan una historia del principio al fin como si sus autores poseyeran las leyes del recuerdo y de la existencia, aspirasen a un poco más de realidad. La nueva narración, hecha a base de puros recuerdos, no tendría principio ni fin. Se trataría más bien de una narración circular y la posición del narrador sería semejante a la del niño que, sobre el caballo de la calesita, trata de agarrar a cada vuelta los aros de acero de la sortija. Hacen falta suerte, pericia, continuas correcciones de posición, y todo eso no asegura, sin embargo, que no se vuelva la mayor parte de las veces con las manos vacías.
En Recuerdos