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Robert Frost - Dos vagabundos en tiempo de barro

Robert Frost - Dos vagabundos en tiempo de barro


Versión: Isaías Garde


Desde el barro llegaron dos extraños

Y me sorprendieron partiendo leña en el jardín,

Uno de ellos me distrajo

Con un saludo alegre: "dales con todo".

Supe muy bien por qué se había detenido

Dejando que el otro se le adelantara.

Supe muy bien lo que tenía en mente:

Quería hacer mi trabajo por dinero.


Yo partía buenos bloques de roble,

Tan grandes como el tronco donde los cortaba;

Y cada pieza que golpeaba limpiamente

Caía sin astillarse, como piedras divididas.

Los golpes que una vida de autocontrol

Había retenido en favor del bien común,

Los descargaba ese día, dándole permiso a mi alma,

Contra esas maderas sin importancia.


Al sol hacía calor, aunque la brisa era fresca.

Ustedes saben cómo es un día de abril

Cuando sale el sol y para el viento,

Estás un mes adelantado, en la mitad de mayo.

Pero apenas terminas de decirlo,

Viene una nube y cubre la bóveda soleada;

un viento baja de un pico helado,

Y entonces estás dos meses atrás,

En la mitad de marzo.


Un mirlo azul baja suavemente, se posa

Y se vuelve hacia el viento para alisar sus plumas,

Su canto, tan modulado que no podría despertar

A ninguna flor aún en capullo.

Cae un copo de nieve, el mirlo supo a medias

Que el invierno jugaba a hacerse el muerto.

Salvo por su color, él no está triste,

Pero tampoco es que anuncie ningún florecimiento.


El agua, que en el verano

Tendremos que rastrear con una vara mágica,

Forma ahora un arroyo en cada huella,

Un estanque en cada pisada.

Alégrate con el agua, pero no te olvides

De que la escarcha se agazapa debajo de la tierra,

Ella irrumpirá ni bien se ponga el sol

Para mostrar en el agua su diente de cristal.


Aquella vez fue cuando más amé mi trabajo,

Y esos dos, al venir con su pedido,

Hicieron que lo amara más.

Se podría pensar que yo nunca había sentido antes

El peso de un hacha equilibrándose en lo alto,

El contacto con la tierra en la planta de los pies,

La vida de los músculos balanceándose con suavidad,

Regulares y húmedos, en la tibieza primaveral.


Salidos de los bosques, dos vagabundos corpulentos

(Que Dios sabe dónde habrán dormido anoche,

aunque hasta hace poco estarían en algún campamento maderero)

Consideraban que partir leña era asunto de ellos.

Hombres de los bosques y leñadores,

Me juzgaban según sus habilidades.

Excepto por el modo en que un tipo manejaba el hacha

No tenían manera de reconocer a un tonto.


Ni ellos ni yo decíamos nada.

Sabían que solo tenían que quedarse ahí

Para que el peso de su lógica entrara en mi cabeza:

Yo no tenía derecho a jugar

Con aquello que para otros era un trabajo.

Mi derecho podría ser el amor pero el de ellos era la necesidad.

Y puestos lado a lado,

El derecho de ellos era más justo- de acuerdo.


Pero ceda quien quiera a esa separación.

El objetivo de mi vida es unir

Mi afición con mi vocación,

Tal como mis dos ojos se hacen uno en la mirada.

Solo donde el amor y la necesidad son uno,

Y en el trabajo se juega la vida,

Se consuma realmente la acción

Para el Cielo y para el bien futuro.


*****


Two Tramps in Mud Time


Out of the mud two strangers came

And caught me splitting wood in the yard,

And one of them put me off my aim

By hailing cheerily "Hit them hard!"

I knew pretty well why he had dropped behind

And let the other go on a way.

I knew pretty well what he had in mind:

He wanted to take my job for pay.


Good blocks of oak it was I split,

As large around as the chopping block;

And every piece I squarely hit

Fell splinterless as a cloven rock.

The blows that a life of self-control

Spares to strike for the common good,

That day, giving a loose my soul,

I spent on the unimportant wood.


The sun was warm but the wind was chill.

You know how it is with an April day

When the sun is out and the wind is still,

You're one month on in the middle of May.

But if you so much as dare to speak,

A cloud comes over the sunlit arch,

A wind comes off a frozen peak,

And you're two months back in the middle of March.


A bluebird comes tenderly up to alight

And turns to the wind to unruffle a plume,

His song so pitched as not to excite

A single flower as yet to bloom.

It is snowing a flake; and he half knew

Winter was only playing possum.

Except in color he isn't blue,

But he wouldn't advise a thing to blossom.


The water for which we may have to look

In summertime with a witching wand,

In every wheelrut's now a brook,

In every print of a hoof a pond.

Be glad of water, but don't forget

The lurking frost in the earth beneath

That will steal forth after the sun is set

And show on the water its crystal teeth.


The time when most I loved my task

The two must make me love it more

By coming with what they came to ask.

You'd think I never had felt before

The weight of an ax-head poised aloft,

The grip of earth on outspread feet,

The life of muscles rocking soft

And smooth and moist in vernal heat.


Out of the wood two hulking tramps

(From sleeping God knows where last night,

But not long since in the lumber camps).

They thought all chopping was theirs of right.

Men of the woods and lumberjacks,

They judged me by their appropriate tool.

Except as a fellow handled an ax

They had no way of knowing a fool.


Nothing on either side was said.

They knew they had but to stay their stay

And all their logic would fill my head:

As that I had no right to play

With what was another man's work for gain.

My right might be love but theirs was need.

And where the two exist in twain

Theirs was the better right--agreed.


But yield who will to their separation,

My object in living is to unite

My avocation and my vocation

As my two eyes make one in sight.

Only where love and need are one,

And the work is play for mortal stakes,

Is the deed ever really done

For Heaven and the future's sakes. 

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