9 feb 2024
Carson McCullers - El licor de Miss Amelia
El licor de Miss Amelia tiene una cualidad especial: es limpio y claro en la lengua, pero una vez que baja por la garganta brilla ahí adentro por mucho tiempo. Y eso no es todo. Es sabido que si se escribe un mensaje con jugo de limón en una hoja de papel, no queda rastro de la escritura; pero si se coloca el papel sobre una llama, las letras se vuelven marrones y el mensaje se lee con claridad. Imaginen que el whisky es el fuego y que el mensaje es lo que oculta el alma de un hombre; entonces entenderán el valor del licor de Miss Amelia. Cosas que habían pasado desapercibidas, pensamientos escondidos en las profundidades oscuras de la mente, son reconocidas y comprendidas en un instante. Un hilandero que no ha estado pensando más que en los telares, la comida, la cama, y otra vez los telares, cuando llega el domingo toma de aquel whisky y se encuentra con un lirio silvestre. Y con el lirio en la mano, se queda observando la delicada corola de oro, y de pronto se siente invadido por una dulzura tan aguda como un dolor. Y un tejedor quizás levanta de pronto la mirada y por primera vez descubre el helado y asombroso resplandor del cielo de la medianoche de enero, y un profundo temor ante su propia pequeñez le detiene el corazón. Cosas como esas pasan cuando un hombre toma el licor de Miss Amelia. Podrá sufrir, podrá consumirse de alegría; pero la experiencia le ha mostrado la verdad; le ha calentado el alma y le ha hecho ver el mensaje que estaba oculto en ella.
En La balada del café triste
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