No se puede ocultar secreto alguno. Si el artista acude en su languidez al opio o el vino, su trabajo se caracterizará como el efecto del opio o el vino. Si haces el retrato de una estatua, trasladas al espectador al estado en que te encontrabas mientras la hacías. Si gastas para ostentar, en arquitectura, jardines, pinturas o equipaje, lo parecerá. Todos somos fisonomistas y descubridores del carácter, y las cosas mismas son detectives. Si sigues la moda suburbana al construir una casa suntuosa con poco dinero, a la mirada le resultará una casona barata. No hay intimidad en que no pueda penetrarse. En el mundo civilizado no puede guardarse secreto alguno. La sociedad es un baile de máscaras donde cada uno oculta su verdadero carácter y lo revela al ocultarlo.
0 Comentarios