Dad el sueño a la tarde
y no habremos tarde.
Dad a la flor el sueño
y no habremos flor.
Las soledades van del no ser a la tarde,
de la tarde al no ser,
del no ser de la flor
al ser de flor.
Tú lavador de tardes
devuélvenos la tarde.
Tú que lavas el sueño,
el no ser de las cosas,
devuélvenos la tarde,
la eternidad de ser,
la eternidad de nada.
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