Cuando no escribo
las palabras se agolpan
en la yema de los dedos
pulsan, respiran agitadas
gritan allí en su ahogo
y yo en hipócrita gesto me hago
el sordo not to hear
digo es la humedad
los huesos, el gobierno
no escucho el timbre,
no estoy para nadie.
Y acudo al dermatólogo
con otras palabras,
mercenarias:
picor, alergia, eczema.
La nonata poesía del verdugo
hace estragos.
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