Cualquiera que sea su futuro como asalariado, ciudadano u hombre de familia, el poeta, jamás podrá anticipar una revelación. Nunca podrá decirse: «Mañana escribiré un poema y gracias a mi entrenamiento y experiencia estoy seguro de que lo haré bien». A ojos de otros, cualquiera que haya escrito un buen poema es un poeta. Ante sus propios ojos, un poeta solo es tal mientras hace las últimas correcciones a un nuevo poema. Momentos antes, no es más que un poeta en potencia; al momento siguiente solo es alguien que ha dejado de escribir poesía, quizá para siempre.
En El arte de leer
0 Comentarios