20 feb 2019
Alejandra Pizarnik - Un ciclo de desdichas
Jueves, 14 de agosto
Fui con mi madre a Avellaneda. Vergüenza y culpa por lo fácil que resulta contentar a mi madre. Pero no, no es fácil. Antes, es imposible entenderla.
Anoche me auguraron un ciclo de desdichas que duraría hasta fines de este año. La culpa es de Saturno (¿o acaso dijeron Urano?) ubicado sobre Tauro. Sería tan fácil creer estos nefastos augurios. Puesto que mi soledad es, ahora, absoluta; puesto que trabajo con dificultades; puesto que no publico; puesto que gasté todo el dinero de la beca y pronto tendré que pedir o buscar un trabajo. (Es entonces cuando sobrestimaré mi vida actual, exenta de todo horario, de todo compromiso.)
Otras inquietudes: ¿por qué Elizabeth telefoneó a Silvina y por qué S. se interesó por ella?, ¿qué pasará con la promesa de F. de presentarme a esa «dama tan refinada» como en mis mejores sueños edípicos?, ¿y yo, acaso no cerré esa posibilidad llamando anónimamente?, ¿y por qué terminó tan brutalmente el incipiente encuentro con Martha?, ¿qué le desagradó en mí o (mejor) qué me desagradó en ella?, ¿y por qué D. no me telefonea más?
¿Estas preguntas delimitan una crisis en mis relaciones con los amigos y conocidos? Creo que lo mejor que puedo hacer es no hacer nada. Salidas y encuentros casuales y el resto a solas. No voy a remendar la tela del dulce encuentro. Y pienso en D., quien se ha portado traidoramente (por ella mi exaltación por V. y, luego, por M.). No le guardo rencor a D. (la única persona peligrosa sería Elizabeth, pues soy su rival más fuerte).
Quiero decirme o disuadirme acerca de la falta de sentido de mis relaciones con la gente. Quiero hacerme comprender que sólo si termino «la obra» y si reescribo los poemas (el i. musical) mi vida tendrá algún sentido.
Lecturas: Jarry, La vida es sueño.
En Diarios
Cuaderno de agosto de 1969 a abril de 1970
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