5 jun 2024
Silvina Ocampo - Un sueño
–Ahora no sueño. En una época soñaba muchísimo. Pensé que siempre iba a tener memoria, que siempre me iba a acordar de esos sueños tan extraños. Pero me los olvidé. Una vez soñé un chiste. Yo tenía un perro al que quería mucho y me parecía un genio. En un sueño, mi perro y yo estábamos en una plaza; un señor pasaba y yo trataba de explicarle todo lo inteligente que era mi animal: “No se imagina todo lo que sabe hacer”. El señor me respondía: “No, no me lo imagino. Para eso tendría que ser perro”. Yo seguía: “Mi perro sabe cantar las sinfonías de Beethoven. Se las voy a hacer escuchar”. Y le daba orden a mi perro que cantara Beethoven. El pobre lo intentaba. Y yo le decía al señor: “¿Lo escucha?” Y él me contestaba: “No, no canta nada”. “Sí que canta –le insistía yo–, lo que pasa es que canta muy bajito. Acérquese a la boca y va a escuchar mejor”. Él se agachaba, se acercaba a la boca de mi perro y decía: “Es cierto, canta Beethoven, pero muy bajito. Así no tiene gracia”. Me llenaba de angustia y depresión que no apreciaran a mi perro por una simple cuestión de volumen. Hasta en los sueños hay gente estúpida.
En La Nación Revista, 28 de junio de 1987
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