29 ene 2024
Henry David Thoreau - El canto del gallo
Sobre todo, no podemos permitirnos el lujo de no vivir en el presente. Bendito sea entre todos los mortales quien no pierda ni un instante de su vida fugaz en recordar el pasado. Nuestra filosofía llega tarde si no consigue oír a los gallos que cacarean en los corrales de nuestro horizonte inmediato. Porque ese sonido nos suele recordar que nos estamos volviendo anticuados y herrumbrosos en el uso que hacemos de nuestras labores y hábitos de pensamiento. […]
El mérito del canto del gallo es que carece por completo de cualquier matiz quejumbroso. Un cantante puede provocar nuestras lágrimas o nuestras risas, pero ¿quién puede provocarnos una pura alegría matinal? Si estoy pasando por un mal momento y de repente, en un domingo cualquiera, el gallo rompe la ominosa quietud de la acera; o si por casualidad me hallo de visita en una casa donde reina el luto, y de pronto oigo cantar a un gallo, me digo a mí mismo: «Al menos le va bien a uno de nosotros», y con un repentino estallido de emoción recupero el dominio de mí mismo.
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