18 nov 2023
George Steiner - Un acto de habla
Desde el punto de vista hebraico, la creación es retórica, literalmente un acto de habla. Lo mismo ocurre en la instauración de un argumento filosófico, en un texto teológico o revelado y en toda la literatura. Crear un ser es decirlo. El ruah Elohim, la respiración o pneuma del Creador dice el mundo. Podría haberlo pensado en un solo instante (la inmediatez del rayo iluminador de la concepción que señalan artistas y matemáticos). Pero dijo la creación y como el discurso es secuencial, está inscrito en el tiempo, la creación tardó seis días en completarse. Pero este acto de habla seminal no cesa con el primer Sabbat. Tal como enseña el Salmo 104, todo ser viviente debe su nacimiento a esta «inspiración» del aliento moldeador de Dios. ¿Por qué esta insistencia en la unión entre la creación divina y la expresión divina? La respuesta judía, actualizada en la ética de Lévinas, resulta profundamente sugerente. El lenguaje, la palabra, requiere alguien que escuche y, si es posible, alguien que conteste. ¿A quién se dirige Dios en Génesis I, 26 cuando dice naasé adam, «hagamos al hombre»? A Su propia soledad en el mismo momento en que va a ser rota por la creación del hombre-que-escucha, del hombre-que-responde y contradice? A su vez, como eco, la palabra del hombre proclama sus orígenes en un diálogo transcendente. Hablamos porque se nos ha invitado a responder; el lenguaje es, en su sentido radical, una «vocación». Pero de nuevo percibimos que podría haber sido, y que siempre podrá ser, de otra manera. De la misma manera que el poema, la pintura o el tratado metafísico, el universo podría haber permanecido como un pensamiento puro, un pensamiento mudo. Puede ser anulado y reducido a un silencio sin rastro.
En Gramáticas de la creación
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