9 dic 2019
Peter Handke - La pintada en la pared
A aquel cuyo nombre está escrito en la pared se le acusa de alguna falta, alguna acción vergonzosa o de alguna mala costumbre. Su nombre en letras grandes está escrito con tiza en la pared. Como el granulado del mortero se come la tiza, el que escribe, que solamente tiene un trozo, tendrá que ser ahorrativo con el material; esta no es la única pared en la que quiere escribir. Cuando escriba, los talones y las plantas de los pies se levantarán del suelo y tendrá el brazo tan estirado por encima de la cabeza que los dedos le comenzarán a temblar; sin embargo, a medida que escriba y las articulaciones de los pies le empiecen a doler, la línea irá curvándose y bajando. Si la pared es de un color claro, el que escribe no utilizará la tiza blanca; en este caso, el nombre del acusado se escribirá en azul o en rojo, para que resalte. Quien en pleno día se ha paseado por el pueblo empujando una bicicleta y, descaradamente, lo niega, es acusado de mentiroso. Su nombre luce en la pared del cine. No obstante, alguien que niega algo no tiene por qué estar mintiendo: sencillamente no está conforme con lo que los otros le imputan. Puede incluso estar convencido de que dice la verdad y los otros pueden estar convencidos de que escriben mentiras en la pared: pero como él, cuando ha sido interrogado, ha negado la pregunta es acusado de mentiroso y su nombre luce en la pared del cine. Con todo, no bastará con escribir la denuncia en la pared, porque en esta pared hay demasiadas pintadas de otros tiempos como para que quienes pasen por delante se fijen en la inscripción nueva y la lean. Por eso, el nombre de aquel que es acusado de una falta figurará también en los graneros. Primero se arrancarán de las tablas los carteles de las elecciones y los llamamientos para las buenas causas y, así, quedará sitio para las pintadas. Por lo general, las tablas de los graneros serán negras, por lo tanto, lo adecuado será utilizar tiza blanca; si se teme que borren la pintada con un trapo, entonces se irá de noche, a escondidas, cuando cae la niebla, con una escalera o se elegirá para escribir la tiza de sastrería, que es más duradera, o incluso yeso. Las vetas de las tablas orientan la dirección de los trazos, por este motivo, para las inscripciones se elegirán las tablas que tengan las vetas derechas. El nombre del sospechoso escrito en color blanco lucirá sobre las tablas alquitranadas del granero; en el polvo del terreno sobre el que descansa el granero se advertirán las huellas de los dedos de los pies o, en otro caso, el viento de la noche borrará las marcas de los dedos y los hoyos inclinados de la escalera. Los que pasen por allí delante leerán en voz alta las pintadas de las tablas del granero al acusado cuando este, después de una salida, por ejemplo, se asome tranquilamente a la ventana abierta y piense en su situación. Después de la larga caminata, tendrá las piernas estiradas sobre el desagüe y podrá oír lo que leen; seguramente no se preocupará demasiado.
En Los avispones
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