24 may 2019
Juan José Saer - Edipo rey
A la luz de la lámpara, Tomatis sacó unas hojas blancas del cajón del escritorio, retiró el capuchón de una birome negra, y en la primera hoja, en el lugar en el que habitualmente se inscriben las precisiones de fecha y lugar, anotó: Miércoles a la noche. Y después de reflexionar un momento, empezó a escribir su carta. Querido Pichón: La culpa es siempre anterior al crimen, e incluso independiente de él. El mito no acepta refutación, es como es: en el mito, por lo tanto, Edipo, aunque ignorándolo, es culpable. La tragedia, en cambio, traslada el mito al plano del acaecer. En esta tragedia en particular, como decíamos el domingo por teléfono, el desarrollo de los hechos es más ambiguo, y los testimonios que desencadenan la catástrofe son puras afirmaciones verbales que no presentan el más ligero atisbo de prueba. Todo el mundo dice que Edipo Rey es un relato policial, de modo que las leyes del género nos obligan a preguntarnos a quién beneficia el crimen, quién tuvo la ocasión, la posibilidad y los móviles para urdirlo y darle la apariencia de un desastre inevitable del destino. Mi manera de interpretar los hechos es la siguiente. 1.°) Edipo llega a Tebas, resuelve el enigma de la Esfinge y se casa con Yocasta. 2.°) La clarividencia de Edipo contraría a Tiresias, que había sido incapaz de resolver la adivinanza y que ve en Edipo un competidor serio, y también desbarata los planes de Creón, que después de la muerte de Layo complotaba para deponer o asesinar a Yocasta y apoderarse del trono de Tebas. 3.°) El pastor, que expuso realmente en el monte Citerio al verdadero vástago de Yocasta y de Layo (el cual no sobrevivió), y que presenció la muerte en el Cruce, de Layo y de su comitiva a manos de Edipo, huyó no porque haya reconocido a Edipo, después de tantos años, sino para salvar su vida porque, por tratarse del único sobreviviente, testigo del crimen, pensó con razón que Edipo también lo mataría. 4.°) Creón lo manda a Corinto a averiguar las razones que incitaron a Edipo a exiliarse, y se entera de que ha sido porque el Oráculo de Delfos le predijo que mataría a su padre y se acostaría con su madre, de modo que tuvo que alejarse de su familia para evitar el incesto y el parricidio. Dicho sea de paso, como lo refieren varias tradiciones, el Oráculo no era infalible ni mucho menos, y no sólo se equivocaba a menudo y había que volver a consultarlo, sino que en general sus predicciones eran formuladas en términos tan oscuros que resultaba frecuente que los destinatarios se equivocaran en la interpretación. En esta historia de Edipo, es posible aplicarle a los sucesivos oráculos la teoría de los dominós, porque si uno solo se verifica como falso, todos los otros también lo son; y si nada prueba en la tragedia, aparte del testimonio del Pastor y del Mensajero, que Edipo efectivamente es hijo de Layo, obtenemos la prueba de que la superstición hace más víctimas inocentes entre los hijos que entre los padres. Edipo fue a consultar al oráculo porque en una taberna de Corinto un borracho lo trató de bastardo, lo cual empieza a hacerlo dudar de su propia identidad. 5.°) Con astucia maquiavélica (avant la lettre) Creón concibe el plan de eliminar a Edipo y Yocasta haciéndoles creer que Edipo es el niño que Layo mandó a exponer en el monte Citerio porque un oráculo afirmó que ese niño lo mataría. 6.°) Creón cuenta con la complicidad del Pastor y del Mensajero de Corinto, que no tienen otra alternativa que secundar sus planes. Insidiosamente, Creón inculca en Tiresias, que está viejo y un poco chocho y detesta a Edipo por haberlo ridiculizado resolviendo rápidamente la adivinanza de la Esfinge que él no había sido capaz de resolver, que Edipo es el hijo de Layo y de Yocasta y el verdadero culpable de los males que se abaten sobre la ciudad. 7.°) Las versiones falsas del Pastor y del Mensajero persuaden a Edipo de que ha cometido dos horrendos crímenes: el parricidio y el incesto: el hombre que lo había llamado bastardo en Corinto decía por lo tanto la verdad; Edipo ignoraba que, aunque por cierto era bastardo, no era la misma criatura que el Pastor había expuesto en el monte Citerio, sino otra. Creón había explotado el rumor, el oráculo erróneo, el asesinato de Layo y el casamiento con Yocasta, tramando la historia a su manera para lograr sus objetivos. 8.°) Yocasta se ahorca, Edipo se arranca los ojos y se destierra voluntariamente al monte Citerio, Creón se apodera del trono de Tebas; y en cuanto al Pastor y al Mensajero, nunca más se oyó hablar de ellos.
En la tragedia está escrito que Layo podría no ser el padre de Edipo, que alguna ninfa del monte Citerión, etcétera, etcétera. En realidad, el mito sugiere todo el tiempo que los regresos, por no decir las «regresiones», suelen ser catastróficos. Todo regreso va contra las leyes físicas del universo, que está eternamente, o casi, en expansión. Nadar contra la corriente, etcétera, etcétera. Llamame cuando recibas estas líneas para darme tu opinión. Carlitos PD. El domingo hay un asado monstruo en lo Gutiérrez. Habrá muchos espectros del pasado y algunas tenues siluetas del presente, yo soy un híbrido de los dos. Besos a Babette y los chicos.
En La grande
Imagen: Sandra Cartasso
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