Marina Tsvietáieva - Orígenes

26 ago 2020

Marina Tsvietáieva - Orígenes

    
Marina Tsvietáieva - Orígenes


    1. Lo principal - es nacer, después todo se arregla.

    2. Las olas del mar y del linaje, sólo de tarde en tarde, por un capricho no calculado devuelven, tras den años, nuestro anillo - a la orilla o nuestro rostro - a un biznieto.

    3. A Casanova le fue otorgado vivir su vida, a nosotros - sobre- viviría.

   4. Son dos las posibles biografías del ser humano: a través de los sueños que él mismo sueña, y a través de los sueños que a cerca de él sueñan los otros.

    5. Para el niño no existe el futuro, existe sólo el ahora (que para él es siempre).

    
    6. Los niños - son los tiernos enigmas del mundo,

      y en esos mismos enigmas se oculta la respuesta.
    

   7. Sí, aquello que conoces en la infancia lo conoces para toda la vida, pero también lo que no conoces en la infancia no lo conoces para toda la vida.

   8. Hasta los cuatro años, según testimonio de mi madre, yo solía decir únicamente la verdad, después, claro está, enseguida caí en la cuenta…
   9. Todo pseudónimo, inconstantemente, es una renuncia: a la herencia, al origen, a la filiación. Renuncia al padre. Pero no sólo al padre, sino al santo cuya protección le fue asignada, y a la fe bajo la cual fue bautizado, y a la propia niñez.

    
     10. La vida se parece a un barco:

      ¡y de repente un castillo español!
    

    
     11. La vida: son cuchillos sobre los cuales baila la amada.
    

    
     12. La juventud - amar,

      La vejez - calentarse:

      No hay tiempo de - ser,

      no hay donde refugiarse.
    

    
     13. Incomparablemente miente la vida:

      más allá de lo esperado, más allá de la mentira…

      Pero por el temblor de las venas

      puedes reconocer: ¡la vida!
    

    
     14. ¡Nuestra vida matamos como si fuera un naipe!

      Apasionados persistimos en no ser.
    

    15. En la miseria y en la estrechez de la vida - «se nos aparece la vida tal cual es.»

   16. Mejor no reconocerse enseguida en otro que en uno mismo. Vagar en terreno ajeno y encontrarse a uno mismo en la tierra natal. Así, al menos, te las compondrás, sin «tentativas.»