11 ago 2020
Margaret Atwood - El momento
Version: Isaías Garde
El momento en el cual, después de tantos años
de trabajo duro y de un largo viaje,
te encontrás en el centro de tu cuarto,
casa, medio acre, milla cuadrada, isla, país,
y sabés, por fin, cómo llegaste allí,
y te decís: soy el dueño de esto,
es el mismo momento en que los árboles desprenden
sus suaves brazos de vos,
los pájaros recobran su lenguaje,
los acantilados se quiebran y colapsan,
el aire se retira de vos como una ola
y no podés respirar.
No, murmuran. No sos dueño de nada.
Sos un visitante subiendo la colina,
una y otra vez,
plantando bandera, proclamando.
Jamás te pertenecimos.
Nunca nos encontraste.
Siempre fue al revés.
Margaret Atwood - The Moment
The moment when, after many years
of hard work and a long voyage
you stand in the centre of your room,
house, half-acre, square mile, island, country,
knowing at last how you got there,
and say, I own this,
is the same moment when the trees unloose
their soft arms from around you,
the birds take back their language,
the cliffs fissure and collapse,
the air moves back from you like a wave
and you can't breathe.
No, they whisper. You own nothing.
You were a visitor, time after time
climbing the hill, planting the flag, proclaiming.
We never belonged to you.
You never found us.
It was always the other way round.
de trabajo duro y de un largo viaje,
te encontrás en el centro de tu cuarto,
casa, medio acre, milla cuadrada, isla, país,
y sabés, por fin, cómo llegaste allí,
y te decís: soy el dueño de esto,
es el mismo momento en que los árboles desprenden
sus suaves brazos de vos,
los pájaros recobran su lenguaje,
los acantilados se quiebran y colapsan,
el aire se retira de vos como una ola
y no podés respirar.
No, murmuran. No sos dueño de nada.
Sos un visitante subiendo la colina,
una y otra vez,
plantando bandera, proclamando.
Jamás te pertenecimos.
Nunca nos encontraste.
Siempre fue al revés.
Margaret Atwood - The Moment
The moment when, after many years
of hard work and a long voyage
you stand in the centre of your room,
house, half-acre, square mile, island, country,
knowing at last how you got there,
and say, I own this,
is the same moment when the trees unloose
their soft arms from around you,
the birds take back their language,
the cliffs fissure and collapse,
the air moves back from you like a wave
and you can't breathe.
No, they whisper. You own nothing.
You were a visitor, time after time
climbing the hill, planting the flag, proclaiming.
We never belonged to you.
You never found us.
It was always the other way round.