Habrá un piano, lamiéndose la espuma de los labios,
que vibra; y te arrebata, te arranca esta locura.
—Mi amor —dirás entonces. —No —gritaré yo—, ¡nunca,
delante de la música!: ¿cómo estar más cercanos
que en penumbra arrojando, con todos los matices,
los acordes al fuego, por años, como diarios?
¡Divino entendimiento! Bastará un gesto vago,
di que sí, y ya verás qué sorpresa, ¡eres libre!
Marcha, no tengas miedo. Que nada te retenga.
Ve hacia el mundo, hacia otros. No escribiré otro Werther,
Pero hoy día también el aire huele a muerte:
y abrir una ventana… es abrirse las venas.
1919
En Días únicos
Traducción: José Mateo & Xènia Dyakonova
No hay comentarios.:
Publicar un comentario