Oigo un salmo
un rezo
una plegaria
enardecida
Oigo gruñir al viento
que forcejea
y pasa
veo el sol
soleando
la mano
prisionera
Todo lo que tocas
gime
y la palabra lenta
dice
no hay piedad para nadie
Oigo un salmo
un rezo
una plegaria
enardecida
Oigo gruñir al viento
que forcejea
y pasa
veo el sol
soleando
la mano
prisionera
Todo lo que tocas
gime
y la palabra lenta
dice
no hay piedad para nadie
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