Si, por adentro, la tormenta
brama, tomo un vaso de más
para aturdirme. Es como
estar loco respecto
de lo que se debería ver. Como
vivir afuera, todo el tiempo,
entre el viento y la lluvia,
pudiendo haber estado, en plena noche,
en el aura del hogar, en su proximidad,
ya que su centro, denso,
calcinaría. Bajo el cielo
azul, las manchas
amarillas, naranjas o rojas de las flores
adquieren
un destello sorprendente y hay
un no sé qué
de amor dichoso. Hay que decirle
a Gauguin que venga; que abandone
la lucha parisina —para
incluir el todo en la mirada
haría falta
una escuela entera
una muchedumbre de pintores
trabajando juntos
en el mismo lugar.
……………
Es por lo que me atrevo
a asegurarte casi
que mi pintura será mejor.
Porque no me queda más que eso.
Porque es todo lo que me queda.
En [Borradores inéditos 03] Poemas
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