20 jun 2023

Jacobo Fijman - De mañana, vino mi padre...

Jacobo Fijman - De mañana, vino mi padre...

De mañana, vino mi padre; vino hasta el calabozo, acompañado de un policía. Mi padre ha envejecido. Está más canoso. Tiembla. Tiene los ojos azules, más azules y tristes.

—¡Cómo, hijo!, ¿ayer te emborrachaste? Pobrecito, no es nada. ¿Para qué te desnudaste? —me pregunta con mucha ternura, con mucho miedo.

Yo no le digo nada. Entonces mi padre se echa a llorar.

El policía mira; tiene un aire seguro, tranquilo.

—Hijo, en la sala de espera está tu madre.

Yo no le digo nada. Interiormente sonrío y reflexiono: ¡Cómo!, ¿no sabrá éste que soy el superhombre? ¿No sabrá lo que todo el mundo: que tengo el cerebro de oro? Por eso me pegaron en la cabeza. No me la pudieron romper. ¡Y, cómo!, ¿no sabe que soy el Mesías? ¿No recuerda la sesión teosófica que le di anoche? ¿No le habló Kliguer, que es poeta y teósofo, de mi lenguaje de los dioses? ¡Cómo!, ¿y se olvidó de las tres piezas que toqué en el violín para recordarle quién era? ¿No recuerda de mi «Kol Nidre», de mi «Air» de Bach y de la «Marcha Fúnebre» de Chopin? ¡Y, cómo!, ¿no sabe que mi violín es de una antigua sinagoga de Jerusalén? ¿No sabe que soy el Anunciado? ¿No sabe que he escrito mi Tabla de valores?

-Vamos, hijo, vamos.

En Dos días

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