02/2012

21 feb 2012

Edgar Bayley - Los mismos

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Están muy altas las ramas de ese árbol
pero ascendemos por el aire
por la fragancia
hasta ser los mismos
que el recuerdo y la luz hospedan

la misma enredadera
el mismo búho
reciben la mirada
la palabra que entonces ofrecimos

y la pasada unión
pero el alba
en el silencio de la playa
del bosque antiguo nos desprende

renacemos con el gallo y la tórtola
en tierras distintas
y el agua del arroyo nos lleva de la mano
al móvil reposo

ahora claramente veo
la circular andanza
la puerta de aquel día
la estela azul y la fugaz victoria
estuvo todo bien
está muy bien

por el sendero desciende un leñador
hasta el arroyo
y nos saluda


6 feb 2012

Juan José Saer - Recuerdos del doctor Watson

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A José C. Chiaramonte


Vimos con Holmes la lluvia desde el carruaje
en la hermosa avenida Brixton, yendo hacia Andley's Court.
Esta tarde en el Concert Hall oiremos cantar a Norman Neruda
Ráfagas mudas de agua lenta golpeaban contra los vidrios, férrea
realidad nos rodeaba y nos movíamos en ella, nítidos. Puedo,
si quiero, evocar el preciso rumor de las ruedas sobre las piedras mojadas
y el resoplar de los caballos atravesando la ciudad familiar.
Ladrillos rojos chorreando agua, hombres borrosos en la lluvia:
la luz de gas manchaba la oscuridad matinal. Siento otra vez, con noble
fruición, el peso cálido y el vaho de nuestros abrigos,
la mirada de un muerto en honda persecución
golpeando contra el revés de mi mente. Hombres del porvenir, plagados
de irrealidad, para ustedes no habrá nunca este collar
de sólidos minutos, este edificio de horas de piedra. La niebla
carcomerá las paredes de Londres y el corazón de nuestra descendencia
yacerá débil o muerto, ciego de humo amarillo. Honda
es nuestra pobre vida en comparación, y benditos
nuestro violín, nuestra fiebre de Afghanistan, nuestra deliberada morfina.


En El arte de narrar
Imagen: Bernardo Pérez